capitulo 3

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Hace una semana que no me e topado con Patrick, no se que le habra pasado, pero no lo e visto , me estaba por subir al elevador y cuando se abrieron las puertas, ahi estaba el, con unos shorts negros y camisa musculosa del mismo color. Me miró sonriéndome, entre al elevador y lo quedé mirando también sonriéndole.

-Pensé que estabas muerto ya.-

-Ya quisieras, pero no, me quede donde mi mamá esta semana, se enfermo asi que la fui a cuidar.-

-Espero que esté bien entonces, ¿para dónde te diriges ahora?.-

-Bueno, no te dije pero, soy boxeador, entreno y también entrenó a otros.- ¿Por qué este mundo siempre me termina atrayendo de nuevo?

-Vaya, así que boxeador, eso es genial, a mi me gusta boxear.- El elevador paró en el primer piso y nos bajamos.

-¿Boxeas? vaya, eso no me lo esperaba.- Siguió caminando conmigo hasta la salida y nos quedamos ahí un rato.

-Si, no es lo único que practicaba, algún día te lo diré.-

 -Vaya, la pequeña Sammy tiene muchos secretos que contar aun.- Me pareció raro pero a la vez tierno que me dijera pequeña Sammy. Solo le sonreí y me despedí.

-Bueno patrick, tengo que irme o llegaré tarde, nos vemos luego, ojala no desaparezcas de nuevo,vecino.- le sonreí con gracia.

-No te preocupes, no pienso hacerlo, adiós vecina.- se fue sonriéndome. 



-Y dime, ¿cómo ha estado esta semana para ti?- Me dice Damian sonriendome mientras ordenamos los libros en la estantería.

-Bien la verdad, he estado comprando cosas nuevas para el departamento y todo eso.- le había comentado durante esta semana que me había mudado recién a este lugar. El se puso contento porque es de Argentina, ya no sería el único en este lugar que hablara español también.

-¿ Y tu vecino guapo?.-

-Hoy lo vi después de tantos días, me dijo que fue donde la madre.-

-Mmm... el vecino es amable con su madre, ya casi no hay de esos, la mayoría trata mal a sus familias, es desagradable.-Me quede congelada unos minutos, pensando en que llegaría a pensar de mí si se llegase a enterar de cosas mías, de mi pasado...

-Bueno, algunas razones tendrán esas personas para ser así con sus familias, quizás fueron malos con ellos o algo asi.-

-Dios, no creo que exista gente tan mala para hacerle daño a un familiar, solo digo, es tu sangre, ¿no?-

-Querido amigo mio, dejame decirte que la sangre no hace familia, ni crea lazos, para mi no importa eso, lamentablemente, hay familias disfuncionales, no necesariamente es daño fisico, si no también emocional.-

-¿Eso te paso a ti?, digo, en estos días, yo te he comentado sobre mi familia y del apoyo que tengo de parte ellos, pero tu no me has dicho nada.- Me ha descubierto, pero no, aun no me siento lista para contarlo, aún es muy reciente...

-Algun dia te lo diré con detalles, pero si, algo pasó, no me hablo con mi familia,solo con mi hermana.-

-Eres una persona misteriosa, Sam.-

-Si bueno, asi soy yo, no me gusta conversar mis cosas, nunca lo he ecchi, aunque espero algun dia hacerlo.- Le sonreí mientras seguiamos ordenando. Se nos pasó el día organizando y atendiendo clientes.

Al terminar nuestro turno se me acercó Damian observando con diversión.

- Se me ocurrió una idea genial, Sam. ¿Qué te parece ir a una discoteca?- Me dice con emoción y saltando.

-No lo se dami, estoy muy cansada.-

-Porfavor, hacelo por mi.- Me dice haciéndome cara de cachorrito.

-Por un carajo, no me hagas esa cara de perro, además sabes que mañana trabajamos.-

-Por favor sam, te lo e pedido toda esta semana, ¿te parece si mañana te compro dos monster?, son tus favoritas, ¿no?.- Apretó sus manos suplicando.

- Esta bien, solo porque me convenciste con las monster, son mi debilidad.-

-Genial!!!, ve a tu departamento a ponerte ropa sexy, hoy nos iremos de fiesta.-

-No tengo ropa sexy, solo ocupó puros jeans y polerones.-

-¿No tienes faldas o vestidos?-

-No, digamos que no es mi estilo.-

-Mierda, tendrás que venir a mi casa, tengo unos vestidos que te pueden servir, son de mi hermana y es de tu mismo tamaño y fisico, asi que te quedarán geniales.- No me convivencia, no me gusta usar ropa corta, pero me miro con cara de cachorro, asi que accedi. 

El secreto de SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora