Fuck me, Teach (Mini Fic - Camren)

Capítulo 15

Capítulo escrito en colaboración con 

Camila tenía la mirada puesta en Lauren quien estaba frente a ella con una sonrisa un tanto divertida. Después de aquel beso de tres, que resultó raro e incómodo, mucho más de lo que imaginaba. Sabía una cosa, bajo ninguna circunstancia habría pensado que se encontraría en esa situación, quien diría que su profesora y una extraña, terminarían envueltas en el beso más chocante que había dado nunca.

- No sé qué te divierte, eso fue muy raro - Dijo Camila un poco seria, al mismo tiempo que se cruzaba de brazos. Lauren se acercó a ella y la tomó de la cintura, la morena miró aquella parte donde Lauren le acariciaba y podía sentir como un escalofrío llenaba su cuerpo, a pesar de querer mantener un poco la distancia con Lauren, le resultaba algo difícil. La ojiverde le causaba demasiadas cosas, no podría decir que estaba locamente enamorada de ella, pero sentía una atracción fuerte, lo suficiente como para causarle ganas de tenerla entre las sábanas todo el tiempo. La menor suspiró y se alejó un poco de su profesora, dejándola algo confundida.

- ¿Por qué te alejas de mí?, que me gusta verte así... Mojada...- Dijo Lauren devorando a Camila con la mirada y jugando con el doble sentido, recordando unos minutos atrás el momento exacto en que su alumna se corría por y para ella.

La mayor tenía un apetito sexual por la morena, pero más allá de eso, tenía la necesidad de mantenerla cerca y besarla. Le resultaba tan hermosa y con una sensualidad que muchas podían envidiar, definitivamente Camila era una chica única en su especie.

La profesora no podía despegar sus ojos de su alumna en cada clase, a pesar de que ella le hacía el día una mierda por su comportamiento en clases, sin embargo, eso no evitaba que Lauren le echara un vistazo y mordiera su labio deseando manosear ese trasero a su placer mientras la poseía de nuevo en aquella manera que les gustaba tanto a las dos.

- Pueden regresar – Señaló con la cabeza el lugar en el cual aparecieron el administrador y su hija - Y no pienso correr riesgos... – La observó por un momento y luego desvió la mirada - Y ya no quiero estar mojada, no de esta manera - Camila sonrió de lado.

- Ahora que lo mencionas, mi mente acaba de formular algunas posibles soluciones para tu problema de, humedad... - Lauren se acercó peligrosamente a Camila tocando el abdomen de la morena, dibujando una línea con sus dedos hasta tocar su pelvis, haciendo temblar a la chica, quien detuvo su mano antes de que consiguiera su objetivo y llegara más abajo.

A pesar de ser encanto coqueto que salía a la luz con las mujeres, Camila aún mantenía su sexualidad bajo llave, aún no sabía cómo podrían reaccionar sus padres pero tenía muy bien seguro lo que era y lo que prefería, tal vez traer a Lauren consigo era una muy mala idea pero, ya estaban allí, un poco de distracción entre cuatro paredes no le vendría mal, mientras nadie la viera, todo estaría bien.

La ojiverde era más liberal, el hecho de que nadie la conocía en ese lugar, hacía que se sintiera con calma, podía comerle la boca a la morena sin problema, claro siempre y cuando Camila lo permitiera, pero no era particularmente un problema convencerla, después de tomo, la morena correspondía aquel deseo presente entre las dos.

- Mejor busquemos una habitación, necesito cambiarme – Asegurándose de ver en todas direcciones, le dio un beso rápido a su profesora. Sabiendo de antemano que, a pesar de que quería que existiera cierta distancia entre ellas, no podía evitar no besar esos labios rojos y provocadores que la traían loca. Tras una sonrisa arrogante de la mayor, caminaron juntas hacia lo que parecía, la mejor cabaña del lugar.

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Después del chantaje para poder conseguir una habitación en la propiedad del tío de la chica menor, Lauren y Camila fueron juntas al lugar donde se hospedarían, Camila explicó al administrador tantas veces que eran amigas, que la mirada del hombre reflejaba con toda sinceridad que no le creía ni una sola palabra. La morena, en medio de la situación que podría dejarla completamente expuesta, comenzaba a ponerse nerviosa y a creer que en realidad si había sido mala idea estar allí con Lauren.

- Estoy cansada – Habló antes de lanzarse a la cama y acostarse boca abajo, los viajes siempre conseguían agotarla y realmente no le importaba mojar con su cuerpo las mantas de la elegante cama que ahora estaba a disposición de las dos.

- ¿Te quieres duchar conmigo? – Preguntó de la nada la ojiverde, haciendo que la morena se girara instintivamente y la observara, y allí estaba, ligera de ropa y de pie en la puerta de la entrada, ahora era ella quien tenía los brazos cruzados, no pudo evitar perderse en la belleza de su profesora, se veía hermosa como siempre, con su mirada penetrante con la que cualquier persona se pondría de rodillas y le pediría perdón por ser tan poca cosa para ella. Siempre mostrando ese lado tan arrogante, ese que dejaba a todos a sus pies. Camila mordió su labio mientras tenía una lucha interna de ir o no... Pero estaban solas allí, ¿qué podía pasar?

Sin mencionar una palabra, se puso de pie y se quitó la playera que llevaba puesta, mientras Lauren disfrutaba del show que Camila le daba quitándose la ropa, la ojiverde apretaba un poco sus piernas por culpa de la morena, la encendía más que nadie y eso la ponía loca al momento de tenerla cerca, Camila pasó frente a ella, ya en ropa interior provocando a Lauren para que la siguiera y como perrito faldero.

Entró al baño y encendió la regadera, dejando que el agua cayera sobre su cuerpo. Lauren se unió a ella unos segundos después, las dos estaban solo en ropa interior y, unos segundos después, solo la tela de sus bragas las separaba. El vapor comenzó a llenar el pequeño espacio. Ambas estaban en silencio, dejando que la tensión sexual entre ellas se acumulara en el aire.

Sin previo aviso, Lauren se acercó a Camila y la atrajo hacia ella, presionando sus cuerpos mojados. Camila sintió la suavidad de la piel de Lauren contra la suya y un escalofrío recorrió su columna vertebral. Sus corazones latían rápidamente, sincronizados en un ritmo acelerado lleno de deseo y lujuria pura.

Lauren tomó el rostro de Camila entre sus manos y lentamente se inclinó para besarla. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, sin ningún prejuicio, sin ninguna vergüenza del deseo carnal que invadía a sus cuerpos. La morena se dejó llevar por el momento, sus manos se aferraron al cuello de la ojiverde mientras se entregaba al beso y las caricias de la mayor que le robaban ya los primeros suspiros.

El agua seguía cayendo sobre ellas, añadiendo una sensación de intimidad a la escena. Las manos de Lauren se deslizaron por el cuerpo de Camila, explorando cada curva y contorno con delicadeza y pasión. La alumna sintió cómo sus rodillas se debilitaban y se apoyó en la pared para mantenerse en pie. La profesora rompió el beso y sus labios se deslizaron por el cuello de Camila, dejando pequeños rastros de besos y mordidas en su piel. La morena se estremeció ante el contacto, sintiendo cómo su cuerpo respondía al tacto de Lauren.

Sin decir una palabra, Lauren tomó la mano de Camila y la llevó hacia su propia intimidad. Camila pudo sentir la humedad y el calor que emanaba de Lauren, lo que aumentó su deseo y la excitación que sentía y, allí bajo la lluvia artificial, se permitió así misma dejarse llevar por el momento, entregándose completamente una a la otra en la privacidad de aquella habitación. Los susurros y gemidos llenaban el baño mientras se entregaban al placer compartido.

- Me encanta sentirte dentro de mí – Jadeó en medio del beso más húmedo que habían compartido – M-más rápido, Camz... - Logró decir, la morena giró su cuerpo y la aprisionó entre el suyo y la pared, se aseguró de pegar su intimidad lo más posible al trasero de su profesora y entró de nuevo en ella, metiendo dos de sus dedos desde atrás, mientras acariciaba su clítoris con la otra mano y besaba su cuello con un deseo animal indescriptible.

- ¿Te gusta cómo te follo? – Preguntaba a la mayor, susurrando en su oído, provocando que la poca cordura que le quedaba, desapareciera - ¿Quieres correrte para mí? – La ojiverde asintió sin dudarlo – Muy bien, hagamos que te corras alrededor de mis dedos... - Y, aumentando el ritmo con el que entraba y salía de Lauren y sin dejar de frotar su clítoris con la otra mano, hizo que su profesora, aquella mujer prepotente y con aires de superioridad de hace unos minutos, se apoyara en la pared y luchara por no caer al suelo tras llegar al clímax – Dios... - Se mordió el labio inferior, el espectáculo de la ojiverde era tal, que la humedad entre sus piernas no había hecho más que crecer – Ven aquí – La atrajo en un beso inocente, al mismo tiempo en que sus manos bajaban a su cintura y lo rodeaban con algo que no quería reconocer como cariño – Eres la mujer más sexy que he conocido – Habló quitando un par de mechones de cabello del rostro de la chica de piel blanca – Y me pones como nadie en el mundo – Fue su turno para bajar su mano a su intimidad, que a pesar de haber tenido una liberación de placer en la piscina, se encontraba en llamadas ahora mismo – Así que... Hazte cargo de lo que provocas, Miss Jauregui.

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AC