Renjun asintió. Si eso era lo que debía hacer por su destinado, estaría dispuesto a todo. Todavía no creaban una conexión tan poderosa como en sus antiguas vidas, así que podía alejarse de él sin consecuencias.
—Muy bien, Renjun. Necesitas lanzarte, no te preocupes por lo de la exosfera, te prometo que alguien te ayudará.
—¿Cuándo debo hacerlo?
—Hoy.
El castaño abrió los ojos y como siempre, comenzó a respirar como si hubiese estado debajo del agua durante horas.
Se levantó de la cama con mucho cuidado y caminó hacia el baño que tenía. No tenía demasiado tiempo, así que solo se dio una ducha rápida y sacó algo de ropa de su maleta.
Con mucho cuidado y con las instrucciones de su otro yo, salió de la escuela. No había nadie ahí a las 5 de la madrugada, así que podía caminar rápidamente sin ser visto.
Sujetó muy bien su bolso y comenzó a escalar la enorme reja. No entendía como es que podía estar tan tranquilo, pero no podía darse la vuelta ahora que estaba por saltar al vacío.
—Muy bien... Jaemin por favor no nos busques. Esto es por tu bien —suspiró con algo de pena y cerró sus ojos, dejándose caer.
No sabía si iba a morir o si alguien le ayudaría, pero solo quería que su destinado pudiera sobrevivir.
🪐⭐
Golpearon la puerta de la habitación con suavidad, esperando que desde el otro lado alguien le respondiera, pero jamás llegó una respuesta.
Jaemin se quedó cinco minutos esperando afuera y cuando el miedo se apoderó de él, lanzó la puerta al suelo.
—¿Renjun? —preguntó a una habitación vacía—. No es gracioso, Huang Renjun —caminó hacia el baño y lo encontró al igual que toda la habitación.
La maleta del castaño estaba en su lugar, pero su mochila no. Su celular estaba en la mesita de noche y un par de anteojos.
Con el corazón latiendo a gran velocidad, buscó a Renjun por todas partes. Rezando a cualquier cosa que el castaño se encontrara en el recinto.
—Yoona —se lanzó al suelo frente a la nombrada—. ¿Dónde está Renjun?
En todos sus años cuidando de Jaemin, ella jamás lo había visto en ese estado. Sus ojos rojos por las lágrimas que caían por sus mejillas y la piel pálida como si estuviera a punto de desmayarse.
—Jaemin cálmate, lo encontraremos.
El pelinegro negó. —Lo necesito, no lo entiendes.
—¿A qué te refieres?
Johnny y Taeil aparecieron conversando tranquilamente y al ver aquella escena se acercaron de inmediato. —¿Qué sucedió, señorita Yoona? —preguntó Taeil, tratando de levantar al pelinegro del suelo.
—Creo que Renjun escapó.
—Eso es imposible —sonrió Johnny—. Estamos casi en el espacio y él no conoce sus poderes... —abrió sus ojos al caer en cuenta—. Mierda, no me digas que se lanzó al vacío.
—Me temo que es lo más probable.
—¡Él no puede morir! —gritó el pelinegro—. ¡Él debe lograr su objetivo!
Taeil lo sujetó de los brazos, para que dejara de golpear el suelo. —¿Qué pasa si no lo logra?
—No lo volveré a ver —al terminar de decir aquello, Jaemin sintió un terrible dolor—. No puedo vivir sin ver a mi Junnie, no otra vez —cerró sus ojos y ya no pudo oír nada más.
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Aquí concluye la primera parte de "Destinados"
(No entren en pánico, no es el fin de la historia)
Muchas gracias a todos por leer esta historia, espero que siga gustándoles la siguiente parte
