Capítulo 08

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Mos esquivó la daga de Bank la que falló por poco su garganta. Sonrió ante su destreza, sumamente impresionado. No era frecuente que encontrara a alguien que pudiera acercarse golpeándole, y especialmente no alguien quien golpeaba como un tabique. Como Fong había dicho sobre Angelina, a él no le importaría que su culo fuera golpeado por Bank, siempre que lo hiciera con encaje negro o un body de cuero. Sí, el pensar en él desnudo con tacones de aguja rojos le puso duro incluso mientras Bank le acuchillaba la cara.

Agarró su muñeca cuando se balanceó hacia atrás, pero no esperaba su rodilla. Un instante más tarde, esta aterrizó directamente en sus costillas.

Gruñó antes de escapar de la daga en su mano. La siguiente cosa que supo, fue que le había dado un cabezazo.

El dolor astilló su cráneo como si su cabeza se quebrara hacia atrás y la sangre goteó de su nariz. Maldición, podía golpear con fuerza.

─¡Oh Dios mío! ─dijo Bank al instante─. Lo siento tanto. No pretendía hacerlo. Me extralimité.

Mos sacudió la cabeza para despejarse aunque su frente y nariz todavía palpitaban y sus oídos zumbaban.

─¿Siempre pides perdón a tus enemigos cuándo les asestas un golpe contundente?

─Nunca, pero así lo hago siempre que golpeo accidentalmente a mi compañero de entrenamiento.

Frotándose la cabeza, sonrió cuando notó la mancha roja en la frente sudorosa de Bank. El rubor en sus mejillas hizo que sus ojos prácticamente centellaran. Hijo de Artemisa o no, Bank era absolutamente hermoso.

─¿Qué? ─dijo Bank retrocediendo.

─Nada. Sólo miraba la parte roja en tu frente con la que "me hiciste polvo". Yo me preguntaba si la mía se veía del mismo modo.

Bank soltó una risa ligera antes alzar su mano y tocar su cabeza donde esta palpitaba.

─Sólo un poco, Uni.

─¿Uni?

Su sonrisa hizo que su verga tirara bruscamente.

─Unicornio. Te ves como alguien a quien le han cortado el cuerno directamente de su frente ─se alzó para besar el punto que estaba mirando.

Aquel beso no hizo nada por aliviar la severa erección que ahora le dolía despiadadamente. Había pasado mucho tiempo desde que alguien lo había encendido de esta manera sin estar desnudo en su cama. O abajo, de rodillas ante él.

Sin embargo, realmente no conversaba con sus amantes. Básicamente les divisaba en el club, cruzaría unas palabras estratégicamente aduladoras, e inmediatamente estarían en su cuarto completamente desnudos y sudando. Una vez que hubiera terminado, les despediría sin contemplaciones.

Sí, él era de los que daban una mala reputación a los hombres y lo sabía. Pero siempre se aseguraba que sus amantes supieran antes de que abandonaran el club, que no iba a estar interesado en algo más que en sexo ocasional. No anotaba sus números y no prometía llamar, sólo les dejaba colgados. Ellos sabían exactamente cuales eran sus intenciones desde el comienzo.

Por regla general, los Dark Hunters tenían prohibido tener relaciones con la gente. Y aunque él no fuera técnicamente uno de ellos, había aceptado aquella parte de su vida. Su esposa le había humillado lo suficiente con su infidelidad. La última cosa que quería era dar a otra mujer cualquier clase de control sobre sus emociones. Ellas sencillamente, no eran lo suficientemente merecedoras de confianza como para esto.

Pero Bank era diferente. Una parte de él disfrutaba con su humor. Demonios, hasta disfrutó de sus observaciones mordaces. Algo que nunca había pasado antes.

12 MosBankNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ