¿Solo eso? *

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Aunque Alemania tenía ganas de correr como su rutina dictaba, México solamente conservaba una expresión de cansancio, como si estuviera más perdido en sus pensamientos que nada.

Alemania tenía una especie de pensamiento que le pedía huir de ahí, como siempre lo hacía, pero ciertamente el comportamiento de México era diferente

-- Ah, no importa --siguió caminando.

Alemania giró y se mantuvo viendo a México durante unos seis segundos, confundido de la situación tan extraña.

México, por su parte siguió caminando, hasta que se dio cuenta de a quién tenía detrás.

-- Cierto --se giró, y lo miró a los ojos.

Internamente, Alemania se preparó para correr.

-- Lamento tratarte de una manera tan vulgar cuando fuiste a mi casa.

Parpadeó un par de veces, sus lentes se movieron de una forma tan irrelevante, pero en medio de el silencio parecía ser algo muy llamativo.

-- Buen día --levantó levemente la mano, y volvió a girarse.

Finalmente llegó a la puerta que daba a la calle, saliendo de aquel edificio.

El país europeo se quedó de pie, perplejo.

-- Eso... ¿Eso era todo?

Los muchos novios de mi papáWhere stories live. Discover now