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Después de sobrevivir a los eventos del Eden, Jong Woo no quiere nada más que regresar a Busan y seguir con su vida. Siente que se ha ganado un descanso después de la terrible experiencia por la que ac...
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A pesar de lo peligroso que se había vuelto Seúl desde el Alzamiento, Jong Woo todavía prefería estar en las calles a quedarse adentro. No solo porque se sentía más proactivo, cada zombi que mataba los acercaba un paso más a recuperar la ciudad, sino porque a menudo le resultaba imposible respirar dentro del búnker. Le recordaba demasiado al Edén con su aire viciado, paredes sucias y una sensación opresiva de miseria, tan densa que parecía haberse filtrado hasta los cimientos del edificio, impregnando cada centímetro del lugar.
Aunque, con toda honestidad, búnker era un término engañoso, no era más que un sótano. Una serie de habitaciones subterráneas conectadas, elegidas como refugio por la falta de ventanas y las pesadas puertas de acero, dos en total. El segundo estaba destinado a proporcionar una ruta de escape en caso de que el primero fuera asaltado.
Jong Woo había terminado en el búnker simplemente por casualidad y proximidad. Había seguido la corriente de personas y finalmente se encontró hacinado en el espacio con un grupo de extraños que estaban tan confundidos y asustados como él. E incluso una vez que el pánico de esos primeros días se calmó, Jong Woo aún se quedó, sin saber realmente a dónde más ir. Ji Eun claramente no quería que él viniera a ella.
No era un lugar agradable de ninguna manera, pero Jong Woo supuso que ninguno de los refugios improvisados lo era. Simplemente tenían que arreglárselas. Incluso si eso significaba apretujarse en un sótano claustrofóbico con demasiada gente, medio hambrientos, sin mucha privacidad o comodidad, apenas capaces de lavarse, turnándose para cargar sus teléfonos con los pocos cargadores que habían podido encontrar. , tratando desesperadamente de mantenerse en contacto con sus seres queridos y, en general, siendo miserables.
Lo único que hizo que el búnker fuera un poco más tolerable que Eden fue que los sobrevivientes dentro de él sabían que no debían enemistarse intencionalmente entre sí. La gente no siempre estaba de acuerdo, las discusiones estallaban de vez en cuando, pero aún así era un ambiente mucho menos hostil que el Eden. Cualquier fricción generalmente era causada por un sentimiento mutuo de estrés e incomodidad en lugar de un deseo real de lastimar a otros seres humanos.
En realidad, nadie quería estar allí, pero aun así intentaron ser decentes el uno con el otro.
Por mucho que a Jong Woo no le gustara pasar tiempo dentro del búnker, al menos los otros residentes no estaban tratando colectivamente de intimidarlo o molestarlo. No era nada especial, solo un sobreviviente entre muchos, haciendo todo lo posible para mantener la cabeza fuera del agua.
Aunque estaría mintiendo si dijera que no fue difícil algunos días, la mayoría de los días, en realidad. Incluso había llegado al punto en que había considerado volver a fumar solo para darse una razón para salir más a menudo. Pero rápidamente descartó esa idea, dado que los cigarrillos, al igual que los alimentos y otros suministros, serían prácticamente imposibles de encontrar pronto. ¿Cuál era el punto de volverse adicto a algo que de todos modos no sería capaz de tener en sus manos? Todavía podía recordar lo deprimido y nervioso que se había puesto durante la abstinencia de nicotina la última vez y definitivamente no quería lidiar con eso además de todo lo demás.
