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Setsuna Satou nació de un amorío que su irresponsable madre cometió en su juventud; apesar de ello, no fue un cliché de ser aborrecida por su existencia al contrario. Yui, la amaba tanto.

Creció con el amor de una madre sin que el padre tuviera que tomar la responsabilidad y tampoco es que fuera a necesitar de él en un futuro próximo.

Ella solo quería que su madre la viera brillar; porque es inteligente, es presidenta escolar y practicaba deportes.

Y tenía amigos, no muchos, pero eso le era suficiente a Setsuna.

Hasta que el llegó.

Había salido del dojō una tarde, el anochecer era algo que admiraba cuando se iba a pie, ya que su hogar no quedaba muy lejos.

Y sin algún motivo su piel se erizo, reaccionando inconscientemente al peligro que se avecinaba.

Y entonces así fue.

Esquivo el ataque, ignorado que su vestimenta se rasgo ante la fuerza de su oponente. Tomó su distancia para observarlo.

Alto, estúpidamente alto y ni hablar de su complexión que parecía ser de otro mundo; de cabello semi-largo, cejas pobladas y de expresión intimidante con unos ojos que extrañamente reconocia.

Unos que su madre le había dicho en una broma de mal gusto.

No se quien eres pero no tendre piedad de ti, ¡asi que dime quien eres!.─ Se coloco en guardia.

Lista para contraatacar al misterioso hombre. El miedo nunca tuvo lugar en ella, al menos su madre no había criado a una perra llorona.

El semblante del hombre había cambiado, tomando una postura desinteresada. El solo río de manera escandalosa.

El sol había bajado y la luna había hecho su aparición, su risa fue perdiendo fuerza cuando comenzó caminar hacia mi.

Mi altura no era superior a la suya pero teniendo en cuenta que la mayor parte de la población femenina era baja en estatura yo escalaba los 1.77 hasta ahora.

El deporte había hecho lo suyo, entrenar varias técnicas de peleas la habían mantenido en forma tanto física como mental.

Eres sin duda una Hanma, si Yui jamas me hubiera contado de ti nunca hubiera sabido tu potencial Setsuna.─ El habló su voz grave y rasposa solo me había incomodado cuando nombro a mi madre.

Creo que ya no había necesidad de estar a la defensiva.

Abofetee su mano cuando la aproximo hacia mi con la intención de frotar mi cabeza. ¿Que creía, que era un perro o que?.

No me tutees viejo, no eres nadie para mi aun si conoces el nombre de mi madre.─ reajuste mis pertenencia a mi cuerpo decidida a marcharme.─Y mi apellido es Satou, no Hanma viejo.

Y a unos metros de ahí, el exclama.

Tu apellido no es Satou, si no Hanma, porque soy tu padre biológico después de todo.

Y mi vida, así, se volvió problemática.

𝐃𝐄𝐀𝐃𝐋𝐈𝐍𝐄 ▶ 𝘉𝘢𝘬𝘪 𝘏𝘢𝘯𝘮𝘢: 𝘚𝘰𝘯 𝘖𝘧 𝘖𝘨𝘳𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora