Mi querido niño ||ArMario||

Happy Birthday Mario¡!

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Y al salir el sol se anuncia un nuevo día, el cumpleaños de nuestro querido Mario había llegado, y con el muchas sorpresas..

Mario ese día estuvo demasiado ocupado organizando todo, el ayudó en la decoración, juegos, cocina..(Si al castaño le gustaba cocinar, pero era un gusto que el prefería.. mantenerlo en oculto). En fin todo estaba listo y con nuestro cumpleañero mas que emocionado y feliz, pero aún tenía esa espinita de que la persona más importante para el no iba a venir..

-"Armando.."—Mencionó acostándose en su cama , el realmente tenía ganas de verlo hoy, pero sabía que era imposible—

Bien. Al final horas pasan y se van, llega la noche, aproximadamente 6:30pm, los invitados de Mario empiezan a llegar a su casa como lo planeado, todo estaba realmente precioso, luces de colores por todos lados y globos.

-Oye Mario..

-Hmm?..

-Porque no vino Armando a tu fiesta..? Se pelearon o algo así?—Dijo riéndose—

-.. véte al carajo, a ti que te importa?—Sin mas el mayor se retiro para cortar esa conversación, su fiesta no se iba a arruinar por un comentario estúpido, es más, por que le molestaba tanto que le dijeran eso de todos modos?—

Pasaban las horas, todo era juegos y risas, chicos pasándosela bien, comiendo y en fin, pero aún Mario se sentía incompleto, la verdad lo disfrutaba pero una parte de el no.

Llegaban cerca de las 10:30pm, una lluvia leve pero que no pasaba desapercibida golpeó a la ciudad y..

-Si..a mi la verdad me en—El cumpleañero fue interrumpido con un sutil golpe en la puerta de su casa, lo cual fue de gran sorpresa—

-"Quién será a esta hora y con tremenda lluvia..?"—Pensó el castaño, dirigiéndose a la puerta—

-"Tal vez un repartidor de pizza, escuché que habían pedido una.."—Pensó—Cuánto sería de la pizza señ—Al ver quien era le sobresaltó el corazón, tuvo que agarrarse del marco de la puerta porque sintió cómo hasta sus piernas se le debilitaban—

-A-Armando..?—Titubeó, no creía que realmente el fuera a venir, además que a estas horas de la noche—

-E-Espere no diga nada deme un solo segundo..—Al decir esto se introdujo nuevamente en su casa, el pelinegro vio cómo mientras hablaba algo que no llegaba a escuchar y movía sus manos la gente se iba yendo de la casa por la puerta trasera—

-Listo..mierda pase rápido, está completamente mojado y se puede enfermar..—Dijo Mario mientras subía al baño para traer una toalla—

-Bien..ahora—sentándose en un sillón cerca del menor—como llegó aquí?..d-digo porque según yo no lo dejaban salir..—

-A-Ah..pues me escapé.—mencionó rápidamente—no había otra manera—mientras se secaba un poco el cabello—

-Q-Que..? Y porque vino? Según yo todo está en orden no?—Y de paso usted ni me quería ver..—Dijo eso último susurrando—

-Ah no. Eso si que no—Aseguró—Quien le dijo que yo no quería verlo?—Mirándolo y dejando de secar su cabello—

-No lo se..—Tal vez usted mismo..—Susurrando por segunda vez—B-Bueno ya dejando eso de lado, no quiere que..—Pensando bien lo que iba a decir—Le preste ropa? Es que veo que la suya no deja de gotear..—

-De verdad me acaba de preguntar eso?—Pensó—A-Ah..Bueno si usted quiere..—

La atmósfera era un tanto incómoda, se sentía tensión en gran cantidad, los dos adolescentes subían las escaleras con dirección a la habitación de Calderón