Dulces

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  Fue tan imprevisto que ellos mismos se sorprendían de lo que ocurría. La poca luz en la habitación dada por una lámpara que no alumbraba a todas las esquinas de la habitación, las cortinas bailando por el viento que entraba por la ventana. De verdad lucía como el escenario perfecto, quizás hasta demasiado fantasioso, pero estaba bien, ellos estaban bien con el ambiente.

  Sentían sus cuerpos calientes, la ropa que traían encima de verdad no los estaba ayudando con esa sensación. Sus rostros colorados, por la vergüenza y el calor que no dejaba de subir a medida que pasaban los segundos.

  No estaban haciendo nada malo ¿verdad? Ninguno tenía pareja así que no tenían porqué sentirse culpables al respecto de lo que hacían. Quizá lo único que los tenía confundidos era el si estaba bien hacerlo si no eran nada. Sólo eran amigos, se suponía que no había nada de por medio, ningún sentimiento más fuerte. Bueno, eso parecía antes de dejarse llevar.

  Los besos se podían oír si se estaba en la misma habitación, se veía como eran bastante torpes, pero a la vez intentaban dar lo mejor de sí. A veces los labios se mantenían juntos, sin nada más que hacer, otras veces lograban profundizar el beso, pero tímidos de que sus lenguas hicieran contacto. Sí, no sabían exactamente qué hacer, pero lo intentaban.

  Yuu no podía evitar sentirse atraído por el dulce sabor de los labios ajenos, sabía que esa sensación se debía al bálsamo labial, y aun así eso lo impulsaba a querer seguir saboreando de él. Había empezado porque Youran fue el primero en dar el primer paso para sorpresa de él.

  Todo había comenzado cuando estaban de lo más tranquilos, cada uno en lo suyo. Yuu estaba dando una corta lectura a un texto que tenía que leer mientras Youran lo esperaba mientras veía su celular. Había sido una escena muy hogareña y hubiese permanecido así si el mayor no se hubiese acercado a Yuu hasta posar muy brevemente sus labios con los suyos.

  Había sido eso, nada más, y a pesar de haber sido algo tan leve Youran se había notado avergonzado de lo que hizo. Yuu se tocó los labios y se mostró sorprendido, Youran lo único que se atrevió a decir después de eso fue preguntar si no le había molestado.

  Yuu se había mantenido callado pero no tardó en imitar lo que su amigo había hecho. De ahí todo subió de nivel. Ambos colocándose en una mejor posición sobre la cama, sentándose cara a cara a fin de continuar con lo que habían empezado. Youran incluso se había tomado las molestias de tomar a Yuu de la ropa haciendo que sus cuerpos se apegaran más.

  Si debía ser sincero, no entendía bien porqué habían seguido hasta llegar a tanto. Más allá de que el sabor de cerezas le atraía, no podía encontrar otra justificación para continuar con los besos. Estaban hasta agitados de los pocos momentos que se daban para respirar. Le daba una buena sensación estar así, estaba muy concentrado en continuar a pesar de que en el fondo sentía que algo se sentía raro.

  Quizá era porque sus labios se sentían bien al tacto de los suyos, eran suaves y húmedos gracias al bálsamo, era adictivo de sentir. Youran era bastante delicado, era agradable de sentir. Por ese pensamiento repentino de sus descripciones fue que comenzó a animarse a dar unos pasos más.

  Decidió dejarse llevar por el agarre de su amigo que apegaba sus cuerpos, pero a la vez colocó su mano detrás de su nuca haciendo que el beso se profundizara. Así podía sentirlo mejor, tener su calor más a su disposición, así como podía tener la libertad de explorar su boca con su lengua.

  Sabía que lo había hecho de repente, que había sorprendido a Youran con ello, pero él no se negó, correspondió al beso que se había profundizado y se animó a finalmente dejar que sus lenguas se acariciaran. Era una sensación nueva, les causó escalofríos y llegó a escuchar un pequeño jadeo por parte de Youran, y aun así era bastante placentero.

  Yuu mantenía su mano en la nuca del otro serafín, aprovechaba a acariciarla mientras se echaba un poco hacia atrás para tenerlo más encima suyo. El beso ya no era tan tímido, ahora era pasional, siendo profundos y muy atrevidos. Le hacía sentir cosquilleos cada que volvían a iniciar uno.

  El calor entre ellos se estaba haciendo muy evidente, sus respiraciones ahora más que agitadas, los jadeos leves oyéndose por el cuarto. Yuu sentía que ardía, que no podía detenerse ni parar de ser adicto a los labios ajenos, era una sensación tan buena que quería continuarla más y más, sin saber a qué punto los llevaría.

  Se quejó levemente cuando el serafín mayor se apartó del beso, esta vez no lo empujó de la nuca a sus labios, lo dejó unos momentos porque estaba realmente agitado y sonrojado por lo que habían hecho. Estaba ardiendo tanto como él, sus mejillas rojas tanto por la pena como por el calor de su cuerpo.

  Yuu le observó fijamente, había cariño en su mirar, hasta le tentaba sonreír por ver a Youran de esa forma. Se veía demasiado lindo, había algo que hacía que lo deseara más. Youran también le miraba, pero había una pena más fuerte en su expresión, una que lo confundía porque no sabía a qué venía tal forma de verle.

  Youran desvió su mirada, parecía estar temblando y Yuu se acomodó sentándose más derecho para prestarle más atención ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué estaba así de repente? Tal vez fue por estar distraído en su rostro, en sus facciones y temblores, tal vez por eso cuando desvió su mirada hacia abajo pudo notar el porqué su amigo estaba así de penoso.

  Veía un bulto entre sus piernas, al parecer los besos y los roces por estar sobre su pierna habían hecho que el serafín tuviera una erección que no había notado hasta momentos después del último beso del que buscaba descansar.

  Yuu simplemente se mantuvo en silencio y no lo juzgó por la reacción de su cuerpo, es más, su mano pasó a tocar la tela del pantalón ajeno, tratando de bajar el cierre del mismo con intención de dejar más a la vista su erección. Youran sobresaltándose por esto pero sin detenerlo ni quejándose al respecto. Lo estaba dejando, le estaba dando el pase para que lo tocara más, piel con piel.

  Fue ahí donde unos golpes en la puerta del cuarto los descolocó, Yuu casi quedándose blanco y Youran separando la mano de Yuu de su entrepierna. Sudor frío pasando por la frente del serafín más joven quien se apartó de su cama yendo hasta la puerta mientras Youran buscaba cubrirse la mitad del cuerpo con las sábanas.

  Yuu esperó unos momentos antes de preguntar qué necesitaban de él. Del otro lado oyéndose la voz de Taffy, el serafín preguntando si querían que preparara la comida para la cena. Yuu abrió un poco su puerta, dejando que Taffy lo viera únicamente a él a pesar de que Youran ya estaba tapado y disimulando que miraba su celular desde hacía unos momentos.

  Le dijo que aún no tenían hambre, Youran negando con su cabeza y sonriendo nervioso cuando Taffy logró verlo por unos breves segundos. El mayor se fue luego de que Yuu le dijera que seguro comerían mucho más tarde y luego se oyó como la puerta se cerraba de nuevo dejándolos en privacidad.

  Yuu suspirando y poniendo una mano en su sien, el corazón latiéndole con mucha fuerza por el susto de creer que por poco los descubrían. Miró a Youran, el ángel notándose igual de nervioso que él. Yuu se le acercó, sentándose en la cama sin despegar su vista de él.

  Youran temblando de nuevo y desviando su mirada, pero subiendo la sabana que le cubría la mitad del cuerpo. La erección seguía ahí, parecía que no se iría a menos que le dieran algún tipo de atención.

  Yuu tragando saliva pero acercando su mano de nuevo a donde estaba antes mientras acomodaba su cuerpo encima del de Youran. Los ojos carmín de ambos encontrándose mientras su mano por fin podía tocar directamente la piel ajena de su intimidad. Youran retorciéndose levemente bajo suyo.

  Si tenían suerte de que no hubiese otra interrupción, podía encargarse del aprieto en el que se encontraba su amigo y disfrutar de esas nuevas sensaciones que estaban sintiendo juntos.

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⏰ Last updated: Aug 25, 2023 ⏰

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