One Shots de Natasha Romanoff

Chica Inteligente

Suaves manos se sacudieron nerviosamente contra tu pequeña falda de color rubor, sacudiendo cualquier suciedad que pudiera haber llegado a la diminuta tela durante el día. Inhalas profundamente para tratar de aliviar los nervios que parecían arañar tu estómago. Siempre daba miedo visitar a Natasha durante sus horas de trabajo, a su asistente no parecías gustarle y siempre estaba tensa con la cantidad de trabajo que se le acumulaba porque sus empleados eran demasiado tontos para hacerlo ellos mismos.

Sin embargo, nada de eso arruinaría poder ver a tu novia después de un largo día de conferencias y estudios. Incluso si estaba tensa, conocías una forma muy... efectiva de relajarla. El viaje en ascensor fue largo, ya que ella estaba en el último piso, por lo que la anticipación casi te estaba matando. Por supuesto, su asistente estaba justo allí cuando sonó el pequeño bing de las puertas que se abrían.

Te burlaste en voz baja cuando ella te miró de arriba abajo. Afortunadamente, la puerta de Natasha estaba justo afuera del ascensor y todos tus pensamientos parecieron disiparse cuando ella se encontró con tu línea de visión a través del vidrio, una bonita imagen de ella sentada en su escritorio de caoba, su cabello castaño rojizo cuidadosamente atado en una cola de caballo alta. El lápiz labial rojo se abrió camino a través de sus labios carnosos y suaves y una camisa de vestir blanca que se había desabrochado ligeramente durante el día descansaba sobre sus musculosos hombros. Se había dejado las persianas abiertas por alguna razón. Tal vez ella te estaba esperando.

Sin sentir la necesidad de tocar, fuiste directamente a su oficina y cerraste la puerta detrás de ti. Natasha levantó la vista con un brillo de molestia en los ojos, te retorciste.

-Hola, Natty. -Dijiste dócilmente, ahora más nerviosa que antes. Sus ojos parecieron suavizarse cuando te vio.

-Hola, cariño. No sabía que vendrías hoy. -Dios, su voz era tan excitante. Ella claramente le había estado gritando a alguien más temprano hoy cuando la cáscara profunda se había vuelto muy áspera.

-Te extrañé, quería visitar a mi Nat. -Murmuraste. -La universidad es estresante, tuve muchas conferencias. Incluso tuvimos que diseccionar un cerebro de la vida real. -Las piernas de Natasha se abrieron cuando te acercaste a ella y sus manos fuertes y venosas enjaularon tu cintura, tirando de ti para sentarte a horcajadas sobre su regazo. Presionó su nariz en tu cuello e inhaló tu perfume de vainilla.

-¿Lo hiciste? Mi chica inteligente. -Dijo, besando su camino hasta tu mandíbula y luego mordisqueando ligeramente.

Una inyección de excitación te golpeó como una droga, te hundiste suavemente en su regazo haciendo que ella te mirara y te besara apasionadamente. -¿Mi niña bonita va a ayudar a Mommy a desestresarse? -El honorífico hizo que todo en tu cerebro desapareciera, llevándote a las profundidades del subespacio. Ella tarareó inquisitivamente e inclinó la cabeza.

Incapaz de lograr que las palabras vinieran a ti, simplemente comenzaste a moler rítmicamente en su regazo y la besaste, olvidando que sus persianas estaban abiertas y que cualquiera podía ver. Empujando tu lengua en su boca, lamiste la parte posterior de sus dientes y luego te enredaste con su lengua. Ella se apartó y tomó tu rostro con una de sus manos y acarició tu mejilla suavemente.

-Siempre tan buena chica para mí, cariño. Tan lista para Mommy y ansiosa por complacer.

Te desmayaste y gemiste ligeramente. -Mommy, soy una niña buena.

Ella asintió. -Así es, lindo bebé.

Natasha volvió a besar tu cuello y guió tu cintura con los brazos para empezar a follar de nuevo. La fricción de la hebilla de su cinturón en tu coño muy húmedo hizo que los dedos de tus pies se curvaran. Te subió la falda por las caderas para que la ropa interior rosa que habías empapado comenzara a filtrarse sobre ella.

-Eso es todo, cariño. Sigue usando el regazo de Mommy para correrte.

Sus dulces palabras te cortaron la respiración, jadeos y gemidos agudos seguían escapando de tus labios. Ella capturó cabello y luego bajó tu cabeza al hueco de su cuello. Ella te acunó lejos del resto del mundo. -Lo estás haciendo muy bien para mí, bonita. Siempre haciéndome sentir tan, tan orgullosa.

El elogio te acercaba cada vez más a cada segundo. El nudo apretado en tu estómago comenzó a volverse insoportable. -Estoy cerca, Mommy.

Pasó sus largos y delgados dedos por tu cabello y besó suavemente un lado de tu cabeza. -¿Sí? ¿Vas a correrte para Mommy? Eso es, bebé, sigue frotándote en mí, manchando mis pantalones con tu dulce excitación. Todos podrán olerte en mí toda la noche, reclamando a tu Mommy como me encanta reclamarte a ti.

Te pavoneaste y babeaste sobre su hombro, tus movimientos se volvieron descuidados cuando el inevitable subidón estaba tan cerca.

-¿Mi chica inteligente se está volviendo tonta, hm? ¿Qué pasó con la chica que puede diseccionar cerebros? Ahora eres toda tonta y jodida por Mommy. Tu cabeza está tan vacía, solo pensando en correrte sobre el regazo de Mommy. Eres mi niña buena, ¿verdad, ángel?

Las dulces palabras te llevaron al límite, haciéndote morder su hombro. Natasha agarró tus muslos con fuerza y te mantuvo en movimiento para prolongar el intenso placer. -Buena chica, me está yendo muy bien. Eso es todo, sigue corriéndote en mi regazo. Voy a poder sentir tu humedad en mis bragas pronto, está saliendo mucho, ¿eh? Voy a empapar todo el camino.

Siguió acariciando tus muslos, luego movió una mano hacia tu cabello. Intentaste recuperar el aliento, tu frente presionada fuertemente contra su cuello. Besó un lado de tu cabello un par de veces, luego tomó tu rostro entre sus manos y frotó su nariz contra la tuya, ligeramente roja.

-Estoy tan, tan orgullosa de ti por ser tan buena y bonita para mí.

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