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Salieron a la playa de nuevo, esta vez cambiados de ropa, Susan le prestó un hermoso y sencillo vestido gris, al igual que Edmund le dio un cinturón con vaina para la espada que ella eligió llevar.
━━━━. Te ves bien, bruja ━━━━ la halagó Peter mientras caminaban por la playa, Beatriz dejó de buscar con sus ojos alguna señal de vida en el bosque y lo miró alzando una ceja.
━━━━. Quisiera decir lo mismo de ti, rubio.
━━━━. ¡Auch! ━━━━ repuso llevando su mano a su pecho dramáticamente ━━━━. ¿Olvidas quién soy?
━━━━. ¿El rubio más molesto que he conocido? ━━━━ preguntó haciéndose la desentendida, Susan, Lucy y Edmund rieron.
━━━━. Tu rey ━━━━ dijo Peter obvio.
━━━━. Ah, sí, eso también ━━━━ bromeó, riendo un poco tras ver la expresión de falsa indignación en la cara de su amigo rubio ━━━━. Pero ya te dije, Edmund es mi rey favorito.
Edmund sonrió con superioridad y abrazó a la pelimorada por los hombros, mirando a su hermano con desafío en sus ojos. Peter rodó los ojos.
━━━━. ¿A cuánto reyes conoces?
━━━━. Solo a dos ━━━━ ella se encogió de hombros ━━━━. Pero ya hay un ganador, uno de ellos ya tiene mi corazón ━━━━ recargó su cabeza en el hombro de Edmund, sonriendo a Peter.
El rubio se mantuvo serio, al igual que Edmund, y ambos se miraron a los ojos, por más que Beatriz no lo había dicho en el sentido en el que ellos lo entendieron, sabían que era verdad, estaba claro. La forma en que se comportaba y se relacionaba con cada uno, había claras diferencias. Además de sus miradas, Peter debía aceptarlo, no tenía esperanzas con ella al lado de su hermano, él tenía una conexión con ella que jamás lograría igualar, esa conexión que él tenía con Ivette.
