Eras todo lo que necesitaba [EN PAUSA]

Capítulo 2

Matteo Anderson.

—Casarme —digo alterado.

—Si te casaras, con la hija mayor de la familia Bailey —dice mi abuelo.

—Solo por poder y el dinero, tengo un imperio en la palma de mi mano —lo miro —No necesito los beneficios que puede traer aquel matrimonio.

—No seas necio, será un gran aporte y esa chiquilla ha estado enamorada de ti —se ríe —Tienes 35 años no crees que es hora de que tengas herederos.

—No puedes decidir con quien estoy, eso me corresponde a mí —suspiro.

—Te doy 5 meses, si de aquí a ese tiempo no encuentras a alguien, obedecerás mi orden y te casaras con quien yo diga.

Veo como sale de mi oficina, si no fuera mi abuelo y la cabeza mayor de la familia Anderson le habría mandado un disparo en la cabeza, nadie viene a decirle que hacer a Matteo Anderson.

Me sirvo una copa de whisky desde hace un tiempo mi abuelo anda con la idea de casarme, pero me he negado sé que puedo tener a la mujer que desee como esposa, pero aún no es el momento estoy enfocado en subir más la compañía de hoteles Anderson, a los múltiples clubes y discoteca que estoy implementando, para los negocios soy el más calculador soy uno de los potenciales empresarios. 

Termine los últimos pendientes que tenía y llamo a mi mejor amigo para juntarnos en la inauguración de mi nueva discoteca así me quito esta presión y estrés del matrimonio.

El lugar está totalmente lleno, me dirijo a la sala vip, entran las chicas la cuales nos harán compañía esta noche una bella morena y una pelirroja.

—Hola, guapo —pasa su mano por mi brazo aquella morena.

Le pego una mirada y ordeno que me sirva un trago, luego se sienta en mi regazo siento como su mano empieza a subir por mi pierna se hacia dónde se dirige y la detengo.

—Más despacio, no apuremos las cosas tenemos toda la noche —le digo y poseo sus labios.

Mi mejor amigo se encargó de la pelirroja y se encuentra en aquel rincón fallándosela no me molesta al final para eso vienen, son folladas y luego no las volvemos a ver son solo de una noche, me levanto guiando a la morena para que se divierta con ellos en el rincón y me afirmo de las barandas, al ver el lugar sé que hice una buena inversión, el lugar es increíble y me traerá ganancias.

Mi atención se dirige a aquella barra donde se encuentra una hermosa rubia bebiendo sola, veo como se levanta para ir al baño diablos tiene un cuerpo maravilloso, es exquisita de solo imaginar todo lo que podría hacerle se me agita mi polla, la quiero para mí esta noche y estoy dispuesto a tomarla, tomo mi abrigo y me dirijo a la salida.

La estudio de más cerca tiene a todos los hombres babeando por ella, pero su mirada está tan enfocada en el vaso que tiene al frente, termina de bebérselo y se dirige a la salida está completamente borracha, pero entre dos borrachos nos entenderemos, me pongo en su camino para que choque conmigo y así hago que pierda el equilibrio para poder tomarla entre mis brazos un plan perfecto para entablar una conversación y luego llevarla a mi cama.

—Te tengo —le digo ya una vez que la tengo en mis brazos y me percato que tiene unos hermosos ojos esmeraldas, pero se encuentran tan cristalinos que evidencian que han estado llorando -¿Te encuentras bien?.

—Estoy —no termina de responder y se inclina hacia mi estudiando mi rostro -Que hermosos ojos.

Me rio ante su comentario —Quieres hablar de ojos déjame decirte que los tuyos también lo son —le digo veo como ruboriza.

—Estoy bien, gracias por atraparme —se aleja un poco de mí y coloco mis manos en su cintura posesivamente no quiero perder la cercanía.

—No crees que me merezco saber el nombre da mi bella dama a quien acabo de salvar —veo cómo reacciona y se ruboriza.

—Bianca.

Acerco mis labios poco a poco su oído.

—Bianca que hermoso suena, yo soy Matteo —la miro con unos ojos llenos de pasión y deseo, es que esta mujer me tiene babeando por ella y solo basto con verla desde allá arriba.

Me acerco lentamente a sus labios quiero probarlos saber que se siente besarlos dejarle claro a todos estos mirones que esa mujer es mía, la beso dulcemente hasta que transforma apasionado y exigente. Mi mente me dice que me detenga porque se sigo la llevaré contra una pared y me la follaré ahí mismo, pero no quiero que nadie más que no sea yo vea su cuerpo su desnudez, mis manos jalan de su cintura a mi cuerpo y aquello entre mis pernas se hace notar, su cuerpo reacciona y de su boca salen un gemido que me estremece.

—Preciosa si sigues haciendo esos sonidos me saltaré el invitarte a bailar y te llevaré directo a mi cama para follarte -la separo de mí, esta mujer provoca que quiera poseerla.

—Creí que el beso era la invitación para ir directo a tu cama —dice descaradamente y me gusta aún más no tuve que hacer tanto esfuerzo para convencerla y aunque no quisiera igual me la llevaría nadie le dice que no a Matteo Anderson.

Nos miramos intensamente y tomo su mano para dirigirla a la salida, la subo a mi coche, manejo lo más rápido solo quiero llegar a mi penthouse, hacerla mía una y otra vez. Entre besos, caricias llegamos a la habitación y ahora me encuentro encima de ella desnuda, totalmente mojada y lista para mí.

—Hazme olvidar por favor quita esos recuerdos —susurra, pero en el percibo dolor y tristeza. Me pregunto qué le ha pasado y porque en sus ojos hay una tristeza que no debería estar.

Me posiciono en su entrada y le digo al oído —Haré que veas las estrellas y te olvides de todo aquello que te está lastimando —y me introduzco en su interior.

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Aquí subo otro capítulo, como dije narrado por Matteo, es un poco posesivo y celoso.

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