Capítulo 41

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Matteo Anderson

Aquello que llaman amor nunca pensé que lo experimentaría y tampoco pensé ser capaz de entregar a alguien mi corazón, pero cuando llego esa rubia de ojos hermosos se lo robo.

Cada día que paso junto a ella hace que ese sentimiento que jure nunca sentir crezca de una manera indeterminable.

Amo a mi hermosa causalidad.

Amo a esa rubia de ojos color esmeralda tan hermoso y únicos.

Amo a mi mujer.

Amo a la madre de mis hijos.

Cada minuto que paso a su lado es como tener las estrellas en mis manos y ese brillo que tiene ilumina mi vida.

Soy tan afortunado el poder tenerla entre mis brazos, despertar y que lo primero que vea sea a ella, quien pueda adorar su belleza, verla trabajar y ayudarla, aunque siendo sinceros ella es capaz de todo sola, con ella puedo conversar de todo, afortunado de ser quien por las noches duerme junto a ella, quien disfruta de sus caricias, besos y quien se deleita con su cuerpo.

Ella es a la única mujer que deseo, la me hace tener una serie de pensamientos tanto como románticos y perversos.

Ella me hizo cambiar y quien está sacando esta versión de un Matteo Anderson que no conocía.

También amo pasar tiempo con esos pequeños quien son tan míos como suyos, nuestros hijos, nuestras creaciones, el fruto más hermoso de aquella noche de pasión entre dos desconocidos los cuales estaban destinados a conocerse.

Ya lo tenía todo en la vida, fama, riqueza y lo más importante una familia, por ellos estoy tratando de ser mejor cada día.

Los cambios siempre son algo caóticos, alterarán tu vida para bien o mal, en mi caso han sido los mejores que pudieron y debo decir que se me hace difícil, compartir es mi debilidad y puedo decir que me comporto igual que mis hijos cuando estamos juntos, estoy aprendiendo a ser padre y espero lograrlo.

Quiero ser el mejor hombre para ella y el mejor padre para mis hijos, quiero ser aquello a lo cual puedan aferrar y ser su sombra para protegerlos, ante todo.

Mi preciosa mujer se quedó junto a mí y la mantuve hasta altas horas de la noche despierta, debía aprovechar porque sé que no la veré dentro de algunos días luego del incendio y el departamento que compre aún no está listo dentro de 3 días terminan la remodelación.

Cuando desperté ella ya no estaba a mi lado por lo que pensé que se había marchado, pero esa idea se fue cuando la escuché maldecir dentro del baño, me dirijo a verla y mis ojos se deleitaron con la vista se ve tan sexy con las marcas, su cuerpo gritaba lo que habíamos hecho y a quien siempre iba a pertenecer.

Sé que aún tiene inseguridades y miedos los cuales haré que olvide de a poco y solo queden momentos felices, además la ayudaré en todo lo que haga, ese ser debe pagar y desmoronarse por completo, no merece ser feliz y vivir tranquilamente después de todo el dolor que ha provocado.

Mientras estábamos comiendo su teléfono sonó y cuando dijo aquella mentira que era por una buena razón, pero a mí no me gusto hizo que apareciera esa impulsividad celosa que me hace tener estas pequeñas discusiones con ese par de diablitos que me llaman odioso entrometido.

Amo todas esas caras que pone mi pequeña mujer quien ahora esta enojona y porto veré los rostros de mis copias celosas en su oficina.

—Mami —dicen y saltan a los brazos de su madre —Tus hijitos te extrañaron mucho —enfatizan la palabra hijitos.

Como dije amo a esos niños, pero juro que en estos momentos deseo que vuelvan al vientre de su madre.

Veo como interactúan, escucho todo lo que hicieron y eso me saca una sonrisa, pero cuando mencionaron que su tío enseñaba hizo que ese pensamiento apareciera, uno en el cual Scarlett tenía mucha participación.

Eras todo lo que necesitaba [EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora