Capítulo 26

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Dahyun obviamente seguía enojada con ella, la evitaba a toda costa y las pocas veces que se veían, solo se burlaba de Sana. Habían pasado unos días desde que hablaron, pero la pelicastaña no podía estar más feliz. Cada vez que cruzaban miradas, Sana la miraba burlona y formaba con sus labios la palabra "celosa" haciendo sonrojar como loca a Dahyun, quien comenzaba a gritarle. La vida era hermosa para la castaña, eso hasta que llegó a su casillero. Esperaba encontrarse con Dahyun, considerando que eran vecinas, pero allí estaba nada más y nada menos que, Eunwoo.

--Hola, rarita-- dijo burlonamente, pero en sus ojos había odio. Sana no se acercó, intimidada ¿Qué había hecho ella ahora?

--Quítate de mí casillero-- dijo ya que el chico estaba impidiéndole abrirlo.

--No lo creo, primero quiero hablar contigo-- dijo agitando un dedo amenazador, delante de ella.

--No quiero, ahora apártate-- dijo firme, frunciendo el ceño, el chico soltó una carcajada hipócrita.

--Pues vas a tener que querer-- otra vez ese brillo asesino en sus ojos, la asustaba un poco.

Intentó alejarse, pero él la sujetó por el brazo y apretó el agarre, comenzó a arrastrarla por el pasillo mientras Sana se quejaba.

--¡Déjame!-- le exigía, pero el chico no la escuchaba.

Llegaron hasta los baños para chicos y la obligó a entrar.

Ya dentro, la apretó contra la pared y la jaló del cabello, quedando frente a ella. Sana se mordió la lengua por el dolor.

--Me estás lastimando... -- comenzó a decir, pero Eunwoo la jaló más fuerte del cabello. --¡Auch!

--Escúchame bien, Minatozaki, porque no pienso volver a repetirlo-- comenzó, acercando su rostro a la oreja de la chica. --Te quiero lejos de Dahyun, es mi novia. Yo soy quien la manosea cuando quiere, él que la besa y le mete la polla hasta el fondo, haciéndola delirar-- le rectificó riendo y Sana sintió su rostro arderle.

Levantó la rodilla, queriendo darle un golpe, en verdad quería molerlo hasta que sangrara, pero el chico se anticipó a su movimiento y lo bloqueó antes de propinarle un puñetazo en el estómago. Sana perdió el aire.

--Buen intento, no caigo dos veces-- dijo arrastrándola hasta que cayó al piso, sostenía su cabeza por el cabello mientras Sana se sujetaba con la mano. --Ella te odia, te detesta y en verdad, le asquea que la andes acosando. Por eso te quiero lejos de ella.

--Yo... ahhh-- gimió sin poder aguantar el dolor, el cuero cabelludo le dolía y las rodillas se le estaban afincando dolorosamente en las baldosas del piso.

--Te dejaré una advertencia-- dijo el chico, obligándola a arrastrarse hasta una de las casetas y abriendo la tapa del escusado. --Espero que tengas un buen buceo.

Le hundió el rostro en el agua del retrete, no le dio tiempo ni de aguantar la respiración y Sana comenzó a tragar agua mientras el oxígeno se le escapaba de sus pulmones. Se estaba ahogando y en eso, Eunwoo volvió a levantar su cabeza, mientras Sana respiraba a ahorcadas.

--¿Te mantendrás alejada de mi novia?-- preguntó amenazante, Sana lo miró con odio y dio a entender que no. --Sigue buceando, entonces.

La volvió a hundir unas veces más y ya Sana estaba exhausta, lloraba amargamente y sentía los pulmones repletos de agua sucia.

--¿Seguirás acercándote a mi novia?-- preguntó por décima vez, ya aburrido, pero por primera vez observó la desesperación en los ojos cafes.

--Sí... sí... sí... sí-- murmuraba una y otra vez con pánico, Eunwoo sonrió.

--Me alegra-- dijo soltándola y dejándola acurrucarse en el piso. --Más te vale-- le dijo antes de salir con paso seguro, del baño.

Sana se volvió un ovillo e intentó no llorar, su cabello estaba empapado y seguía tosiendo agua. No lo pudo evitar, volteó el rostro hacia el retrete, pero esta vez para vomitar, hasta allí había llegado el almuerzo. Ella no sabía que iba a hacer, si Eunwoo tenía razón, puede que Dahyun tampoco la quisiera cerca y alejarse sería hacerle un favor.

Pero Sana la amaba, joder. Y la amaba mucho, la sola idea de alejarse de ella la volvía loca. Pero no importa cuán enamorada estuviera, ahora había algo nuevo. Tenía miedo, mucho miedo. Cerró los ojos, jurando aún poder escuchar las risas de Eunwoo dentro del baño. Al salir, intentó secarse el cabello y fue a su casillero por una mudada nueva, en el camino se encontró a Dahyun junto con Eunwoo.

La peliazul la miró, preparada para insultarla y pelear con la pelicastaña, en sus ojos había un brillo divertido. Sana observó a Eunwoo, quien la miraba dándole un guiño y la castaña tembló por el pánico. Abrió rápidamente su casillero y al encontrar sus cosas se fue a toda pastilla, mirando hacía el suelo, sin prestarle la acostumbrada atención a la peliazul. Dahyun la miró confundida ¿Qué había hecho?

Se encontró con sus amigas en el pasillo y terminó en la casa de Mina, contándole sus penas, estaba con la cabeza recostada en las piernas de su amiga, llorando. Las dos estaban en la cama, mirando una película, mientras Mina observaba a su amiga con dolor, Eunwoo era un ser desalmado.

--No llores cariño, shhh-- le decía acariciándole el cabello y Sana sollozaba.

--Ahora... no podré acercarme... igual ella... ella... me detesta-- decía entre hipidos y Mina opinaba todo lo contrario.

Últimamente había observado a la peliazul y todo lo que Dahyun demostraba, era lo contrario a lo que Sana pensaba. Esperaba que sus ideas fueran correctas, ya que no quería ver a su amiga llorar aún más. Decidió distraerla y las dos se abrazaron, mientras veían por segunda vez en esa noche el Titanic. Las dos lloraron durante un buen rato.

ʀɪᴠᴀʟᴇꜱ ꜱᴀɪᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora