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VEINTIÚN

Los sueños comúnmente suelen ser para mí nada especial. Son como el de todas las personas, algunos sin sentidos y otros que te dejan el cuerpo aún más vibrante incluso al despertar. Pero por un momento, todo lo que era negro en un principio, comenzó a tener forma y esa forma tenía unos bellos ojos cafés que en las sombras se podían ver totalmente negros. Eran totalmente hipnóticos y desafiantes, pocos se atrevían a navegar en ellos y yo estaba dispuesto a descubrir y hasta perderme si era necesario si esos ojos siguieran mirándome.

Siendo tan consciente que ni en mi sueño puedo salvarme de este deseo que sólo va en aumento. Me dejo llevar incluso en ellos al momento de sentir su cuerpo caliente junto al mío.

Un gemido se me escapa, como luego otro y otro. La oscuridad de mi sueño se vuelve más clara a medida que voy despertando. Confundido y más cuando siento la misma sensación de electricidad en mi cuerpo cuando unos besos húmedos recorren mi hombro. Suspiro atrapado entre la vigilia y el sueño en vista de que en ambos podían sentir esas caricias que exploraban mi cuerpo.

El peso de su cuerpo sobre el mío me envía una electrizante sensación. Aplasto mi rostro a la almohada al momento que siento una intrusión nuevamente entre mis glúteos. Frotándose, mi cuerpo se vuelve rígido al momento que juega en mi hendidura. Parecía que sólo quería enloquecerme cuando empujo mi cadera y el toque desaparecía para dejarme con las ganas.

ㅡ Sé que estás despierto… ㅡ susurra volviendo a inclinarse y esta vez sentir su pecho en mi espalda. Su cuerpo se presionaba cada vez más, aún así. No me disgustaba el hecho de como parecía desaparecer bajo el suyo ㅡ No sé qué estabas soñando, pero me gustaría oírlo. Parecía que lo disfrutabas.

Podía reconocer su tono burlesco y sin siquiera abrir mis ojos, lo podía imaginar con una sonrisa.

ㅡ Por supuesto, no contigo.

Su risa mañanera no ayudó mucho. Mi pene aplastado reaccionó de inmediato y más cuando sentí ahora su virilidad empujarse entre mis glúteos y rozar superficialmente mi entrada.

ㅡ Eres una mierda mentirosa, pero sabes… ㅡ dejando las palabras al aire, empuja sus caderas lo que yo inconsciente recibo con gusto al levantar mi culo ㅡ Te conozco tan bien y sé cuándo mientes.

Suspirando entre la almohada, muerdo mi labio porque no podía contradecir aquella verdad que me horrorizaba.

ㅡ. Y sé que soñabas conmigo.

ㅡ ¿Y qué si soñaba contigo?

Levantando su torso, me veo casi rogándole para que volviera a estar como estaba antes al perder su calor. En cambio, muerdo mi labio cuando siento su profunda mirada quemar mi nuca.

ㅡ ¿En verdad soñabas conmigo?

ㅡ ¿Por qué suenas sorprendido? Tenía tu dedo jugando en mi culo.

Ríe como si estuviera dándome la razón.

ㅡ Podrías estar soñando con alguien más. Qué sé yo.

ㅡ ¿De verdad? ㅡ mirándolo, él tenía rostro apacible mientras me observaba ㅡ ¿Yo soñando con alguien más?

ㅡ Me jodería, pero puede pasar. ㅡ suspiro y él vuelve a aplastarme y no pude aguantar soltar el gemido de satisfacción ㅡ Así que… Sigue soñando conmigo y con nadie más.

Me sorprendía como lo natural parecía ser esta mañana junto a él. Por un momento en la noche mi ansiedad no dejaba de pensar en futuros escenarios llenos de incomodidad o donde las dudas surgirían como pensamientos intrusivos que he desarrollado esta semana. Cada uno peor que el anterior.