Un trago de culpa y otro de disculpa

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La salida no resultó tan mala, Ziohn notó la incomodidad de Rusell quien gracias al alcohol se había convertido en un torpe social, teniendo eso en cuenta escogió un restaurantito cerca de la vivienda del escritor.
El lugar estaba muy limpio y olía delicioso.

—Aquí tienen, el chico dejó los menús en la mesa y tanto Rusell como Ziohn lo estudiaron callados.
Hasta que escogieron e hicieron su orden el cual el chico tomó.

—Bien, ¿qué ha sucedido contigo?, Ziohn no iba a andarse por las ramas y era hora de llamar a las cosas por su nombre.

Rusell por el contrario parecía esperar que Ziohn evitara hablar de eso.

—Yo... Rusell bajó la mirada, no existían palabras para transmitir su dolor.

Ziohn se quedó quieto nada más observándolo, era incómodo, sí, pero necesitaba que Russell pusiera nombre a su enemigo.

—Quiero ayudarte Rusell, quiero ayudarte por lo que alguna vez fuimos.
Rusell levantó la mirada.

—¿Cómo pretendes ayudarme?, la mirada vidriosa cuestionó a Ziohn.

—Hay lugares, centros de rehabilitación, no tienes por qué pasarlo sólo. Rusell estudió a Ziohn.

— ¿Por qué haces esto, Ziohn?, Ziohn se encogió de hombros incómodo.

—Tú sabes que mi padre era alcohólico,  ignoro qué fue de él pero, Ziohn no se avergonzaba de ser duro a veces, — tú fuiste alguien importante para mí.
¡Y carajo!, eras uno de los escritores más renombrados.

Rusell apretó la mandíbula. —El contrato con la editorial, ¿me darás más tiempo?, Ziohn pareció pensarlo bien, mientras con la mirada estudiaba a Rusell.

—Hagamos un trato, Rusell miró con interés a Ziohn.

—¿Qué ofreces?, Rusell quiso parecer desinteresado pero un poco más de tiempo era todo lo que necesitaba.

—Dos meses, es todo lo que puedo ofrecerte.
Ziohn no bajó la mirada, por el contrario la sostuvo firme.

Rusell apretó la mandíbula con tanta fuerza que las muelas dolieron, — ¿a cambio de qué?, la mirada desconfiada de Rusell era un brillante contraste con la de Ziohn.

—A cambio de qué te rehabilites, yo lo pagaré. Rusell quería salir de ahí quería que lo dejaran en paz. Pero nadie se preocupaba por él.

—Quiero la verdad, ¿ por qué haces esto?, Ziohn no se sintió amenazado en lo más mínimo.

—No quiero ejercer alguna acción legal en tu contra, tan simple como eso.
Rusell lo estudió.

—Es obvio, que si no acepto, me vas a joder, Ziohn se encogió de hombros y asintió.

—No soy beneficencia pública cariño, sólo protejo mis intereses, tal como lo harías tú.
Rusell iba a argumentar, pero llegó el mesero con las órdenes y todo  olía tan bien.
Para vergüenza de Rusell su estómago gruñó como si una criatura extraterrestre estuviera encerrada en su interior.
Ziohn fingió no escuchar al pobre alíen atrapado en él vacío estómago de Rusell.

—Qué te parece si mientras comes, lo piensas mejor. Rusell agradeció en silencio la discreción de Ziohn.

Entre bocado y bocado Rusell miraba a Ziohn quien revisaba su Smartphone, —¿algún país en venta?, Ziohn sonrió por la broma.

—Algo así, al servirse café, la estúpida mano temblorosa de Rusell derramó un poco de café, y con el paso de los minutos su humor se iba agriando.
— ¡Maldita sea!, la enojada voz de Rusell hizo que Ziohn lo observara, en ese momento él escritor necesitaba un trago. Pero no era un buen momento para expresarlo.

Traer de vueltaWhere stories live. Discover now