Dates & colors

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Día 3: Naranja y morado.

— ¿Estás listo? — preguntó Rubén una vez subió a la nueva camioneta del chico, un regalo de su padre para compensar algún trauma que aún no había querido contarle.

— Mientras no manejes tan brusco lo estaré — le respondió mientras se abrochaba el cinturón de seguridad y miraba al pórtico esperando que su hermano no saliera.

Decir que estaba nervioso era poco pues esa era su primera cita con Rubén como novios.

Su relación había sido complicada al principio, principalmente porque Rubén era abiertamente bisexual desde los 15 y el aún no terminaba de decidir si quería contarle al mundo sobre su descubrimiento. La segunda razón era su pequeña rivalidad, luego lo fue la confusión de sentimientos, ambos saliendo con otras personas, muchas fiestas con alcohol y mañanas llenas de cafeína.

A ello le siguió su miedo al rechazo tanto del chico que cree es el amor de su vida como el de su familia y finalmente vino la aceptación de todo lo que pudiera venir.

Así que si, está nervioso. Pero no cambiaria este día por nada más en el mundo. Cuando llegan al parque ya hay un par de amigos suyos, Quackity levanta la mano y los invita a sentarse junto a ellos dejando enfrente a Wilbur, Cellbit y Roier.

Entre todos habían hecho un pequeño picnic acompañado de algunos lienzos y pinturas para poder pasar el rato.

La dinámica era entre parejas así que a pesar de estar sentados juntos y comiendo lo mismo, solo compartían un par de palabras pues todos estaban sumidos en sus propios mundos.

— No se dibujar muy bien — dijo el castaño mientras tomaba un pincel delgado.

— Ambos sabemos que eso es una mentira — tarareo él — hagamos esto, no dibujes nada solo haz una combinación de colores que me representen y organízalas como quieras.

Y su novio estuvo de acuerdo. Entre risas, fresas y vino comenzaron a pintar. Su cuadro pronto se vio lleno de tonalidades naranjas, amarillas y rojizas así como destellos de azul y verde.

De vez en cuando volteaba a ver a Rubén pero este tapaba el lienzo moviéndose muy rápido.

— ¿Haz terminado? — preguntó el castaño con ojos brillantes, ansioso por enseñar y ver las obras que sabían creado.

— Un par de pinceladas más y... Listo.

Los dos mostraron su cuadro al otro después de contar hasta tres.

— Naranja — murmuro Rubén y el sonrió.

— Morado — señaló y se acercó para recibir un casto beso que lo hizo sonrojarse.

— El morado es por tus ojos y los tonos rosas por tus mejillas en momentos como este aunque claro, no encontré el tono exacto, el azul es por las noches y los puntos blancos en el son las estrellas que hemos contado — explicó Rubén.

— El rojo es por la calidez que me haces sentir, el naranja y amarillo son por los atardeceres que hemos visto, el verde y café sin por tus ojos siempre cambiantes. Todo esto simula una tarde de verano porque estando contigo siento que nunca llegará invierno y nunca más tendré frío.

— Te amo Veg.

— Yo te amo aún más Ru.

Volvieron a darse un beso aunque esta vez más largo y terminó por los quejidos de Quackity y las risas del resto.

Rubegetta monthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora