~𝙰𝚖𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚒𝚗𝚏𝚊𝚗𝚌𝚒𝚊~ 𝙶𝚊𝚞𝚌𝚑𝚒𝚝𝚘 𝚇 𝙹𝚞𝚊𝚗𝚒𝚝𝚘

〘Capítulo 8......〙

[2 semanas antes]

Gauchito se encontraba sentado abajo de un árbol en el parque.

Su vista estaba perdida.

Había pasado una Semana desde....eso....

De verdad le seguía doliendo.

—¡Tenía que echarlo a perder todo!— Pone sus manos en su cara.

Este empezó a llorar nuevamente pero se detuvo de pronto tras escuchar un grito, alguien grito su nombre.

—¿Eh?— Dirigió la mirada hacia donde había escuchado el grito, pero no había nadie, bueno, nadie que el conociera.

—Esto me está volviendo loco— Se levanta para después empezar a caminar e irse del Parque.

Antes de irse del parque Pudo ver a La'eeb irse rápidamente.

—(¿Qué habrá pasado?...)— Niega lentamente —Nada importante seguramente— Sigue su camino.

[Una semana antes]

Gauchito se la paso acostado en el sofá de su casa, acompañado de Gardelito y Tangolero.

Que podía decir, ellos lo habían estado acompañado cuando más lo necesitaba.

—Oye Gauchito, ¿Porque no vas a tomar una ducha?, Talvez eso te tranquilice— Dijo Tangolero

—Mmm— Suelta un suspiro —Esta bien— Este se levantó del sofá, sin nada de ganas y se dirigio a su cuarto a por algo de ropa.

—Pobre de Gauchito...—

—Siii— Frunce el seño —¡¡Todo por la culpa de Ese maldito Mexicano!!, Grrr!!— 

Gardelito se cruzó de brazos, otra vez estaba molesto.
De un momento a otro se salió de sus pensamientos tras escuchar un teléfono timbrar.

Tangolero y Gardelito dirigieron la mirada hacia la mesita de centro.

—Un teléfono—

—Es de Gauchito, ¿Quien le hablara?—

Ambos se fijaron en el nombre, y al ver quién era fruncieron el seño.

—¡¿Otra vez el?!— Toma el teléfono y le cuelga, para después entrar a registros de llamadas y borrarlo.

—¡Enserio no se cansa!—

Durante toda la semana tuvieron aguantar llamadas y mensajes por parte de ese Mexicano, obviamente sin que el Argentino se enterará.
Llegó el punto en que ponían el teléfono de Gauchito en silencio, colgaban, ignoraban y bloqueaban.

Cuando veían al Mexicano nuevamente buscando a Gauchito, estos rápidamente se lo llevaban a otro lado.

—¡Oye Gauchito!, ¡Conozco un mejor lugar!, ¡¿Porque no vamos?!—

—Per-— No pudo terminar de hablar porque rápidamente es jalado por Tangolero.

Y las veces que se encontraban con el, simplemente le hacían unas pequeñas amenazas, le decían de cosas y más.

[Dos semanas después]

Gauchito se encontraba tirado en su cama mirando hacia el techo con su teléfono al lado.

—Ninguna llamada, Mensaje, Nada— Pequeñas lágrimas empiezan a salir. —Enserio hasta aquí llego nuestra amistad, d-de ve-erdad ya no quiso saber nada más de mi...—