un orfanato de monstruos?

Para subirse por las paredes

La señora Yuhij estaba esperando en la puerta al que fue su ayudante voluntario y por un corto periodo de tiempo, su trabajador.

Se arrepentía de haberlo echado?

No. Aún sí resultó ser muy bueno con los niños y con todo tipo de peculiaridades , se dió cuenta que traería a todo niño maltratado o huérfano que encontrara.

Y no tenían presupuesto para ello, lo que solo hubiera atiborrado el edificio inútilmente.

Claro que guardó su contacto para ciertas situaciones.

Como la que pasaba ahora aquí.

- Buenos días señora Yuhij -

- Buenos días Midoriya, me alegro de volver a verte -

- Gracias, lo mismo digo - contesto este - ahora, para que me necesita específicamente? No fue muy clara por teléfono -

- En realidad... Recuerdas a ese bebé Dragón? Pues....es algo parecido -

- Oh -

La señora Yuhij lo guío hasta una habitación, donde salían un llanto y ruidos extraños.

En la escena había un cuidador que usaba su peculiaridad descontroladamente, se veía furioso y fuera de sí.

Trepaba por las paredes y techo de la habitación, en posturas que requieren una gran flexibilidad.

- Ehm... Que está pasando aquí?- pregunto este

- Recibimos a una bebé hace poco, debía de ser de esos que nacen con sus peculiaridades, porque fue a atenderla y ahora está así -

- Y.... Cual es su peculiaridad?-

- No lo sabemos - respondió ella - por eso te he llamado.

- Ehm....- Izuku entonces decidió resignarse - bueno...

Lo que pasó en aquel tiempo fue un infierno.

Primero el peliverde pensó que sería una especie de peculiaridad de control, así que estudió al afectado....
Dándose cuenta que actuaba como lo haría un bebé en una rabieta.

Eso le dió la idea de alguna especie de peculiaridad mental.

Ahora, como se había activado?
Cómo la anularía?

Así paso la mayor parte del tiempo, probando desde un simple empujón, hasta cosas como tirarle agua.

Nada.

Por no hablar de lo agresivo que estaba el otro, gritando y lanzándole lo que encontraba.

Así que luego de que destruyera casi todo el mobiliario no tuvo más remedio que atarlo.

Fue una pesadilla lograrlo, tenía una fuerza algo mayor a la de un adulto y se iba de un lado a otro.

Al final lo logró, y luego de dejarlo un rato, algo empezó a.... Desprenderse del cuerpo?

Lo que se desprendía y contorsionaba se hizo cada vez más grande hasta que su forma se volvió la de un reconocible bebé.

Su piel era color de la cera, y lloraba con una voz ronca espeluznante.

Izuku probó entonces con lo que normalmente hacia llorar a cualquier bebé.

Primero lo intentó distraer con lo que tuvo a su alcance, y después de darle de comer y cambiarle el pañal, parecía que se calmaba, pero no se dormía.

Simplemente se le quedó viendo con sus grandes ojos.

Izuku la cogió en brazos precavidamente y fue donde la señora Yuhij.

- Ya.... Ya está - le respondió

- Maravilloso - mencionó aliviada - entonces, cuando te la llevas?

Izuku entonces se puso a gritar internamente.