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El viento chocaba con nuestros rostros mientras la luna y las estrellas eran cual nos iluminaban. Amelia con los chicos habían salido a una feria que habría el día de hoy en la playa, una que seria como una fiesta ya que duraría toda la noche.

Admirábamos el cielo cálido mientras nuestros brazos estaban apoyados en la barrera del balcón que había en aquella cabaña.

Me di la vuelta observando a mi amada, su rostro estaba tranquilo y sus ojos brillaban como dos estrellas sin parar, no pudiéndola dejar de ver.

Sentí la mirada penetrante de Bill y sin decir ninguna palabra me acerque lentamente a él sin romper el contacto visual.

Tome de su cintura cuidadosamente mientras metía mis manos debajo de su camisa sintiendo su piel tan cálida, una suavidad única.

Con mis manos tomé de su camisa bajando su cuerpo un poco más hacia mí por la diferencia de altura entre los dos, mi mirada se dirigió a sus labios mientras relamía los míos deseando probarlos y que aquellos me probaran a mi.

Estábamos tan cerca que podíamos sentir nuestras respiraciones chocar entre sí, subió sus manos a mi cuello entrelazándolas allí para luego yo sin previo aviso atacar a sus labios probando aquellos y saboreándolos.

Penetramos con nuestras lenguas abrazándose aquellas, los toques del otro cada vez eran más desesperados.

-Mi amor... permíteme traerte cada una de las estrellas para ti esta noche....- hablo agitado el mayor mientras sus miradas profundas inundaban el ser de cada uno.

-Hazme ver cada una de las estrellas esta noche...- contestó la menor y sin decir más el mayor le otorgó una sonrisa ladina y se dirigieron a una de las habitaciones mientras sus besos desesperados seguían.

Se dejaron caer en la cama mientras el mayor estaba arriba de ella sin poner todo su peso para no dañarla, sus besos comenzaron a bajar lentamente por su cuello hasta llegar a sus pechos. Metió sus manos por su camisa levantando aquella dejando al descubierto el torso y pecho de su amada.

Cerré mis ojos al igual que ladeaba mi cabeza para que tuviera más acceso a mi cuello, dejándome llevar por el momento, sus besos húmedos y delicados eran todo.

Baje mis manos a su pantalón para dejar al descubierto sus piernas, nuestras respiraciones estaban agitadas mientras nuestros cuerpos nos suplicaban entregarnos uno al otro. Esta noche la quería hacer especial, no quería hacerle daño, su cuerpo es frágil, delicado, y merecen que lo traten de aquella manera.

Sus toques suaves ante mi cuerpo mientras admiraba cada parte de aquello, comenzó a besarlo  este con delicadeza.

Subí mis manos a su cuello acariciando este mientras nos besábamos. Tomo de mis manos bajando aquellas al sierre de su pantalón. Como la obediente que soy baje este sin romper el contacto visual.

Sus piernas estaban al costado de mi cintura mientras nos ayudábamos a quitarnos nuestras prendas de ropa.

Quería memorizarme cada lunar de su cuerpo nuevamente, sus debilidades, todo sobre ella, quería hacer esta noche especial y única como todas que le entregué en el pasado.

El mayor se levantó para buscar un condon mientras la menor observaba cada movimiento suyo recostada en la cama respirando agitada al querer sentirlo dentro de su cuerpo.

Tome de sus piernas abriendo estas para meterme en medio de aquellas y observar todas sus expresiones. Con una de mis manos comencé a guiarme desde sus muslos hasta llegar a su parte íntima, introducí lentamente mis dedos dentro de su lencería para estimular su clitoris.

𝑨𝒔 𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆...; Bill KaulitzWhere stories live. Discover now