2. Reclusorio decorado

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Zhang Hao no podía considerarse como la persona más tolerante del mundo, y su enfrentamiento con el príncipe de su cuento sólo era una pequeña prueba de lo irascible que llegaba a ser.

Pasearse por los corredores del instituto sólo le hacían pensar en lo fácil que tenían la vida los buenos. Le pareció casi irónico ver desde su ventana la bienvenida de Hanbin, cuando a él sólo se le asignó de mala gana la habitación más alejada de todos, cuando ambos pertenecían al mismo cuento.

Ninguno de esa escuela presumida lo conocían en realidad, su madre era la Reina Malvada, ¡pero él que culpa tenía! A la otra elegiría con mayor detenimiento a que útero aferrarse. Entre bufidos y una caminata sin sentido Hao llegó a la parte trasera de la escuela donde se encontraban algunos estudiantes observando el atardecer.

No observó a ningún villano, por lo que prefirió irse, antes de que un principito soltara un comentario desafortunado y terminara en caos.

En su anterior escuela todo era demasiado fácil, todos eran hechiceros, brujas o en su defecto, monstruos. Ahí no había ninguna clasificación, todos eran la misma basura; a comparación del colegio, que constantemente le era recordado que su deber siempre sería ser vencido por el bien.

Pero, si veías con detenimiento las paredes elegantes y la calidad de las personas del lugar, te darías cuenta que todo era prácticamente igual al Instituto de Antagónicos, sólo que al menos allá, nadie se valdría de ser buena persona.

En su discusión mental moral se decidió ir al único lugar donde se le trataría como un villano común, y al encontrarse frente a la puerta decidió abrirla, importándole poco quién o qué estaba adentro.

—¡Oye, al menos toca, imbécil!—Una almohada fue lanzada directamente a su cara, pero con un hechizo rápido, Hao la atrapó antes de que se estampara en su cara.

Quanrui, su único y mejor amigo se encontraba bajo su novio principito, en lo que podía distinguir como una escena romántica.

Una risa fue emitida por el príncipe, mientras que tomaba asiento en la silla a lado de la cama.

—Hola Hao.—Gyuvin con el cabello desordenado tomaban la mano de su mejor amigo, en efecto de tranquilizarlo.

—Hola principito, ¿tú madre aún no se entera que de vez en cuando vienes a besuquearte al hijo de Cruella de Vil?—La sonrisa supuestamente amable de Hao hizo a Gyuvin enfadar de inmediato.

Tal vez no debió de ser así de grosero con Gyuvin sin razón aparente, pero la reciente discusión con Hanbin aún lo tenían de mal humor.

—No le hagas caso lindo, Hao está enojado porque es un marginado social.—Ricky seguía acariciando la mano de su amado con el pulgar, lo que increíblemente lo tranquilizaba.—Debo suponer que esa mirada de odio a todos debe de ser porque ya viste al hijo de Blanca Nieves.—El semi pelo blanco lo miró indiferente.

Surprise!—El tono sarcástico de Hao hizo a los menores reír.—Y como regalo especial de su majestad, es mi compañero de habitación.—ZhangHao bufó mientras se dejaba caer en la cama, a un lado de Ricky.

Wow, pues así ya no batallarás mucho para embrujarlo con la manzana.—Quanrui seguía con las bromas, haciendo que Hao riera, pero, en realidad no le daban risa a su... acompañante.

—Eso no es algo amable de decir...—Gyuvin intentó mostrar su descontento, cortando la risa entre los villanos.

—Tranquilo bonito, es algo que pasará eventualmente. Exigencias de la corona.—Ricky alzó los hombros restándole importancia, lo cual no hizo el efecto deseado.

—Pero... no es porque realmente Hao quiera hacerlo, ¿o si? Entonces... sólo es por el cuento...—Gyuvin parecía intentar convencerse con sus propias palabras en vez de convencer a los demás de ellas.

La habitación se quedó en silencio unos minutos hasta que Gyuvin salió abruptamente de ella, sin despedirse. Ricky rápidamente fue tras él, dejando a Hao sólo en la habitación, y tras unos minutos el de cabellera bicolor regresó a la habitación.

—¿Sabes? Deberías limitar tus visitas a cuando no esté ningún royal, los asustas.—La voz monótona de Ricky hizo entender a Hao que no bromeaba.

—Está vez yo no hice el comentario idiota, De Vil.—El pelinegro le restó importancia.—Pero realmente tienes que hablar con tu chico, Rui, parece olvidar que buscas asesinar 101 dálmatas.—Lo que parecía un comentario mal intencionado, fue casi bien recibido por el menor.

—Me gusta crear grandes impresiones.—La tensión se había aligerado.—Sin embargo, él sabe que esto no será un vivieron felices para siempre, él mismo lo dijo.—Los ojos de Quanrui reflejaban algo diferente a lo que su tono de voz demostraba, pero decidió no comentarlo.

—Algún día la Bestia se enterará, y yo no pienso estar detrás de ti siempre para cubrirte.—ZhangHao recordó ese pequeño pero importantísimo hecho, el cual Gyuvin y Ricky habían estado ignorando.

—No te pedí hacerlo de todos modos.—La sonrisa socarrona hizo a Hao abandonar el tema, sabiendo que si lo seguían, terminarían discutiendo y sería cuento de nunca acabar.—Así que irremediablemente tendrás que pasar tus noches con el hijo de Blanca Nieves, ¿no? Tal vez podrías pedirle que te despierte con su hermoso cántico con las aves.—La carcajada de Ricky provenían de su alma, ya que se reía con ganas.

—¡Basta! De sólo pensarlo quiero clavarme dos estacas en cada oído. Pero no podría tocar la guitarra después.—Un puchero se escapó de los labios del mayor, haciendo a Ricky poner una mueca de asco.—¡Oh vamos, si el niño príncipe siempre tiene los labios empinados! No puede desagradarte la ternura.

—La diferencia es que tú Hao hyung, no eres tierno.—Tocó la punta de su nariz y salió huyendo fuera de la habitación mientras que el pelinegro lo seguía.

Sin esperarse que el mayor hechizaría el piso, transportándolo directo a la alberca de la escuela, donde terminó todo mojado.

Maldito brujo.














Shen Quanrui.
Descendiente de: Cruella de Vil.
Edad: 19 años.
Categoría: Rebel (Villano).
Cabello: Bicolor (mitad blanco, mitad negro).

Kim Gyuvin.
Descendiente de: Bella. (La Bella y la Bestia)
Edad: 19 años.
Categoría: Royal (Realeza).
Cabello: Castaño.

Non hereditary;; HaoBin  Where stories live. Discover now