Capítulo 27

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Ama: Ven bebé aquí te hago un espacio
Dijo mientras se hacía a la orilla del sofá cama dejando un espacio en el medio
Rivers: No gracias.... Iré a dormir en el cuarto
Ari: Como tu quieras bebé, solo no hagan tanto ruido, porque si andamos como cansaditas.
Rieron
Tome el cojín de Rivers pelona y se lo aventé
Ari: ¡Au! Pinche vieja todavía que les doy permiso.
Rivers: Síganle perras, síganle....
Ama: Descansaaa... si es que te deja.
Rieron ambas
Mientras me alejaba hacía mi habitación procedí a tirarle dedo a ambas, a lo que se lo rieron y se murmuraron.

Cerré la puerta de la habitación detrás de mí.
Mariana: Hola novia...
Dijo el recostado en la cama sin playera y un pantalón de cuadros de pijama, este hombre es tan lindo Dios.
Me lancé sobre la cama a su pecho. El me rodeó con sus brazos y comenzamos a besarnos.
Sus labios eran tan suaves y tiernos.
Mariana: Te amo mucho
Rivers: Y yo a ti
Me paré de la cama y retire mi hoddie y pants para dormir en ropa interior.
Volví a acostarme sobre Mariana.
Al sentir el tacto de mi piel, comenzó a besar cada lugar desnudo.
Rivers: Valdooo... me da cosquillas.
Reí
Mariana: No mames Rivers, es que, que chingados te pones para tener la piel así cabrón!

...

Valdo estaba dormido, su cabeza reposaba en mi pecho, y yo solo lo observaba, a detalle su rostro, su piel, su espalda desnuda que reposaba en mi. Con mi mano daba pequeñas caricias sobre su piel.
¿Cuándo volverás a recuperar la memoria Valdo? ¿Me perdonara lo que paso en la fiesta esa noche que me dejo?, un miedo se apoderaba en mi... en pesar que cuando todo vuelva a la normalidad el podría dejarme.

Te amo tanto, mierda, odio ser cursi, o cualquier sentimiento romántico, pero con el no podía evitarlo, el sacaba un lado de mi que me daba pavor, lo necesito tanto, de verdad no quiero perderlo.

...

Estaba acostada a la orilla de la cama, entre abri mis ojos para notar la luz del día.
Rivers: Hum...
Me estiré un poco, y giré a mi otro lado de la cama para toparme a quien quería besar.
Rivers: ¿Amor?
Dije volteando a ver a Mariana de espaldas, sentado sobre la cama, recargando sus brazos sobre sus piernas pensativo.
Rivers: ¿Valdo?
Volví a llamarle, pero al no tener respuesta, me deslice sobre la cama para sentarme atrás suyo. Recargue mis manos sobre su espalda desnuda, y deje ligeros besos sobre ella.
Rivers: ¿Qué tienes, te sientes bien?
Acaricié ligeramente su piel.

Mariana: ¿Bien? ¿Hasta cuando pensabas decirme Rivers?....
Se paró en un segundo de la cama quedando al frente mio, se notaba enojado.
Rivers: ¿Decirte que Valdo? No te entiendo
Mariana: Pero que rayos pensaba yo que tú querías estar conmigo, de seguro soy tu diversión. Esperando a que llegue tu niño Argentino.
Se giro y caminó hacia su mueble, tomo una de sus playeras y comenzó a ponérsela.
Rivers: ¿De que rayos hablas Mariana?, espera... ¿ya puedes ver?... ¿Recordaste todo?...
Me pare para acercarme a el.
Mariana: Claro que recordé y claro que puedo ver
Rivers: Mariana, tranquilízate. Hay que ir con los doctores, deben hacerte un chequeo y exámenes.
Mariana: Exámenes... (dijo con ironía) ¿De verdad pudiste besarte con Spreen?, y ahora que lo pienso probablemente si querías casarte con Felix, porque no vas y lo buscas ¿eh? De paso dile que venga a golpearme de nuevo, ¡pero que está vez me maté de verdad!
Rivers: ¡¿Que carajos dices Osvaldo?!, ¿de verdad estás bien?... me estás asustando. Tranquilízate y hablamos.
Mariana: No, no hay nada de que hablar Samantha, las cosas siempre estuvieron claras, se feliz, vete a acostar con quien chingados se te de la gana, que a mi me importa poco.
Rivers: Mariana, espérate, a quien quiero es a ti, ayer, hoy, mañana... y siempre
Tome su torso, lo abracé y me aferré a el, espantada ante este impacto de emociones, pegué mi mejilla a su pecho y unas pocas lágrimas botaron de mis ojos.
Mariana: Esto es inútil, me tengo que ir.
Con sus brazos tomo mis hombros y me aparto con fuerza de el. Procedió a poner sus tennis y sudadera para apresurarse a abrir el depa.
Rivers: Mariana... espérate, ¿a donde vas?
Apresure a ponerme una vata para cubrir mi cuerpo, y unas pantuflas para salir.
Me apresuré a seguirlo, baje corriendo las escaleras del edificio.
Rivers: ¡Mariana!
Mariana: ¡Déjame en paz Samantha!
Dijo mientras salía por las puertas del edificio a prisa.

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