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- Maggie - te llamo
- mjuh ¿Qué pasa? - te despegaste de tu cuaderno.
- "¿Qué pasa?" - hablo en un tono sarcástico. Tom camino hasta donde estabas sentada para levantarte de la silla tomándote por los muslos y cargándote, enredando tus piernas alrededor de su cintura - prácticamente, nos vemos un par de horas en la semana y tu pegada estudiando, quiero de tu atención - hablo con un leve puchero.
Tom se sentó en tu cama dejándote sobre su regazo, te reíste un poco de la situación.
- debo ser muy afortunada como para que el mismísimo Tom Kaulitz pida de mi atención - te burlaste.
- claro que lo eres, ¿acaso no sabes cuantas me desean? - levantaste una ceja - pero yo solo te deseo a ti, ahora bésame que desde hace una hora no haces - el rápidamente ataco tus labios.
El beso poco a poco tomo un camino de lujuria y deseo, las caricias pasaron de ser tiernas e inocentes a atrevidas y desesperación.
Tomaste los extremos de su camiseta para sacarlo por su cabeza pasando a traer su corra con él, con un poco de dificultad, Tom decidido sacaste la gorra dejando sus rastas caer sobres sus hombros.
El sin perder más tiempo tomo los extremos de tu vieja camiseta para sacarla de la misma manera, dejando ver tu torso sin sostén.
- eres una jodida diosa - susurro sobre tus labios para volver a atacarlos e iniciar un camino hacia tu cuello.
Tom besaba y mordía esta zona mientras soltabas suaves jadeos en su oído al mismo tiempo que acariciabas sus rastas y parte de su espalda. De un momento a otro, el se levanto contigo aun sobre el y te dejo caer sobre la suave cama, para sacar tu pantalón de buso junto a tus bragas.
Al estar completamente desnuda, se inclino para besar tus pezones, bajo poco a poco por tu torso dejando besos en este, tomo ambas rodillas para separar tus piernas y dejar tu coño a su merced.
- siempre tan mojada - susurro, sentiste su aliento sobre ti a lo que te hizo gemir un poco fuerte - te comeré, pero debes estar en silencio, princesa. Tus padres no deben escucharnos - asentiste.
Sentiste su dulce lengua en tu coño, haciendo voltear tus ojos dejándolos blancos para luego cerrarlos con fuerza e intentar no gemir ante la deliciosa sensación de su lengua recorrer todo tu coño. Tom tomo tu clítoris entre sus labios para succionar y dejar lamidas en este con fuerza.
Una de tus manos fue a su cabeza para que se mantuviera hay mientras que la otra estaba en tus labios para que no saliera ningún tipo de ruido. Estabas tan desesperada por gemir que tus lagrimas no tardaron en salir.
El nudo se formo en tu vientre sintiendo esa conocida sensación de orgasmo, estabas por correrte cuando se separó de ti.
- Tom... - gemiste bajo. Estabas por decir algo más, pero el metió dos dedos dentro de ti, se acostó a tu lado metiendo su otra mano en tu boca para callar tus gemidos.
Tom movía con frenesí sus dedos dentro de ti, intentabas no gemir, pero la sensación era tan increíble que no podías parar de llorar.
- ¿quieres correrte? - pregunto en tu oído, asentiste rápidamente - hazlo hermosa - susurro.
Dejaste tu orgasmo salir de ti, pero este salió a chorros mojando su mano que aún no se detenía, de la cama y el suelo.
El saco su mano de ti y lo llevo a su boca saboreando tu corrida, con la respiración acelerada te subiste sobre él, dejándolo debajo de ti.
