Episodio 5

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Kyle subió a donde hasta ese momento era su habitación, empacó sus cosas y subió sus maletas al auto de Eric para luego irse con él e iniciar lo que ahora sería su nueva vida.

Durante el camino de regreso Kyle se veía pensativo, con la mirada en el paisaje que se podía apreciar a través del cristal y con la mente perdida en otra parte. Eric se dió cuenta de esto, aprovechó un semáforo en rojo para apreciar cada detalle de las facciones de Kyle: su roja y rizada cabellera que hacía juego con sus bonitos ojos verdes y sus pecas que parecían estrellas en su piel.

- ¿Estabas pensando en jabones, Kahl? - Eric preguntó en tono burlón haciendo que el contrario le dedique una mirada de fastidio.

- Cierra la boca, culo gordo - Kyle suspiró volviendo su mirada nuevamente hacia donde antes la mantenía - son cosas que seguramente no te interesan.

- Relaja tu vagina Kyel, vas a estar bien.

Inevitablemente esa expresión de molestia acabó convirtiéndose en una sonrisa involuntaria al sentir que Eric trató de tranquilizarlo, muy a su modo pero con una buena intención.


Esa creciente y extraña tensión entre los dos se mantuvo cuando Eric le mostró la que sería su habitación (que casualmente estaba al lado de la de él) y le ayudó a desempacar sus cosas nuevamente con la excusa de querer ser un buen jefe. También durante la cena, pese a tener a la misma chica que lo había recibido presente el intercambio de miradas entre los dos era constante.

Kyle se levantó temprano a la mañana siguente, tomó una ducha en el baño personal con el que contaba en su habitación y se arregló para desayunar a la hora en la que previamente Eric le había indicado. Tomó un momento para mirarse al espejo tratando de arreglar su cabello, aunque sabía que era inútil que lo intente quería mantenerse presentable aún si era solamente un desayuno con su jefe.

Se arregló como pudo y bajó a desayunar al comedor indicado por Eric: un salón que si bien era algo pequeño no perdía ese toque elegante en cada elemento, con platos y tazas de fina porcelana sobre la mesa, cubiertos de plata y un suave aroma a café y croissants recién hechos inundaba su sentido del olfato. En dicho comedor se encontraba la misma chica del día anterior y su ahora jefe esperándolo.

- ¿Te vas a quedar ahí parado, judío?

- ¿Eh? - la voz de Eric llamándolo lo sacó de sus pensamientos - ah, no, lo siento.

El periodo de desayuno fué tranquilo, sobre todo para Kyle que solamente se dedicó a comer y escuchar atentamente a su jefe hablando de negocios, técnicamente le convenía considerando que parte de lo que mencionaba era su trabajo. Al terminar acompañó a su jefe hasta su oficina, en donde ya había instalado un escritorio junto con una computadora para él.

- Como es tu primer día te encargaré algo sencillo para comenzar: quiero que leas las más recientes reseñas del restaurante, recopiles algunas de ellas y organices los gastos del mes pasado. Ya hice una carpeta para eso en la computadora.

Kyle asintió antes de comenzar a trabajar, mirando de reojo a Eric de vez en cuando mientras este también trabajaba y luego sintiéndose estúpido por eso. No se le olvidaba esas sensaciones típicas de lo que se conocía como "el primer amor" que el castaño le llegó a provocar en su momento y aunque lo había dejado con una enorme duda y los años ya hayan pasado seguía recordando todo eso. Quería evitar volver a sentir todo eso por el temor a que esto afecte tanto su trabajo como parte de su vida personal, y al tratarse del cabrón y siempre orgulloso Eric Cartman era complicado aún si se preguntaba por qué se sentía así y por qué de forma casi involuntaria seguía mirándolo... Sin saberlo ese primer día sería el inicio de una prueba para su corazón...






















































































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