Agonía

10 5 4
                                    

Se acerca a mi cuello y lo respira.
Habla, besa, lame, aspira.
La boca me hierve pues le necesita,
y mi piel, tan calmada, ahora le grita.

Su roce, ¡qué infierno!
gimo entre sus manos,
me quemo, me pierdo.

Y entonces sus labios
muerden mi epicentro.
Ya no sé si vivo
o si estoy muriendo.

Versos y AtrevimientosWhere stories live. Discover now