CAPÍTULO 5

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Bolivia y Rusia se encontraban en una reunión diplomática, discutiendo los detalles de su nueva alianza. Pero en medio de la seriedad del encuentro, Bolivia no podía evitar notar la expresión solemne de Rusia y decidió romper el hielo con un poco de humor.

—Oye, Rusia, ¿sabes que en Bolivia tenemos una tradición muy divertida? Se llama "entierro de la mala suerte". Consiste en enterrar objetos que nos han traído mala fortuna para deshacernos de ellos. ¿No crees que sería genial si pudieras enterrar todos esos malos recuerdos de nuestra enemistad pasada?

Rusia se rió suavemente y asintió, encontrando el comentario de Bolivia bastante divertido.

—Eso suena interesante, Bolivia. Quizás deberíamos organizar nuestro propio "entierro de la mala suerte" para simbolizar el fin de nuestras diferencias y celebrar nuestra nueva alianza. ¿Qué te parece si lo hacemos en la embajada rusa?

Bolivia sonrió emocionado ante la idea.

—¡Me parece perfecto, Rusia! Será un momento simbólico y divertido para sellar nuestra amistad. Incluso podríamos invitar a otros países para que se unan a la celebración.

Rusia asintió y ambos continuaron planeando los detalles de su travesura amistosa. Decidieron que cada uno llevaría un objeto que simbolizara su pasado conflictivo y lo enterrarían en el jardín de la embajada rusa.

El día de la celebración llegó y varios países se reunieron en la embajada rusa, expectantes y curiosos sobre lo que iba a ocurrir. Bolivia y Rusia tomaron la palabra y explicaron el significado detrás de su "entierro de la mala suerte". Luego, cada uno sacó su objeto para enterrarlo.

Bolivia mostró una pequeña bandera (color blanco, azul y rojo) que representaba conflictos pasados, mientras que Rusia exhibió un muñeco de nieve que tenía un sombrero de lana con el nombre de "Bolivia" bordado en él. Ambos países cavaron un agujero en el jardín y depositaron sus objetos ceremoniosamente.

—¡Adiós a la mala suerte! ¡Que nuestra amistad y alianza sean duraderas y prósperas! —exclamaron al unísono, antes de cubrir el agujero con tierra.

El acto fue recibido con aplausos y risas de los demás países, quienes se alegraron por el gesto simbólico y la diversión entre Bolivia y Rusia. A partir de ese momento, tanto Bolivia como Rusia prometieron trabajar juntos y dejar de lado sus diferencias del pasado.

Mientras la celebración continuaba, Bolivia y Rusia se miraron y estallaron en risas, asegurándose mutuamente que esta sería una alianza llena de momentos divertidos y aventuras inolvidables.

Y así, mientras el sol se ponía sobre la embajada rusa, Bolivia y Rusia seguían compartiendo risas y forjando una amistad que nadie creía posible.


Continuará....

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