En este libro encontrarán varias reacciones e imaginas de nuestro querido Felix, espero les guste.
Ya está historia estaba escrita, tuve un problema con mi celular y se me borraron varios capítulos.
Volveré a subirla de nuevo, está vez con un horari...
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La luz natural del sol entraba por la ventana, dando una agradable sensación de calidez a la habitación, pero a la vez una desagradable molestia en tu rostro.
Volviste a cerrar los ojos, ahora disfrutando de la sensación del sol.
Luego de un tiempo, lograste despertar por completo. Sentiste un peso extra sobre tí.
Felix estaba sobre tu pecho, sus brazos estaban fuertemente aferrados a tu cintura.
Soltaste un sonoro suspiro, para después reír levemente al ver a tu chico con la boca levemente abierta, babeando toda tu camisa.
Comenzaste a acariciar su cabeza, debías despertarlo lo más rápido posible, tenía que ir a sus prácticas.
Fuiste muy cariñosa delicada al hacerlo, sino es así, despertara de mal humor.
Y créanme, nadie quiere a un Felix de mal humor.
Dejaste de acariciar su cabeza, para ahora hacerlo con sus mejillas.
Oíste como soltaba un perezoso gruñido, estaba despertando.
—— Buenos días... — Susurro con voz ronca. Levantó la cara para mirarte, su cabello estaba desordenado y sus mejillas un poco babeadas.
Sin duda era una imagen perfecta para tus ojos.
—— Buenos días. — Al escuchar tu voz, una preciosa sonrisa apareció en su rostro. Se acercó aún más a tí y dejó un beso sobre tus labios.
No le importaba el aliento mañanero, simplemente quería besarte.
Gracias a sus apretadas agendas, solo podían verse en las noches, y ni eso, ya que llegaban tan cansados que se quedaban dormidos al instante.
Por esa razón, cada mañana antes de irse a trabajo, tenían una larga sesión de besos y mimos, para recordarse cuanto se amaban.
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