Capitulo 26. (Final)

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Alice penso que no volvería a ver a Taylor Swift luego de aquella noche en su departamento. Creía que el haberla echado de una forma tan cruel simbolizaba también echarla de su vida. La triste pintora no la quería cerca, eso estaba claro.

Y, aunque dolía, Alice había comenzado a aceptar el hecho de que sus vidas iban en dos direcciones completamente opuestas.

Por supuesto, cruel como siempre, la vida planeaba un nuevo encuentro entre ambas almas rotas.

Fue mientras Joe le escribía a Alex y Alice diseñaba un nuevo tatuaje para una adinerada clienta que la campana de entrada sonó. No se volteó a mirar. Había perdido la costumbre, pues ya no tenía a nadie a quien esperar. Se sorprendió cuando, segundos después, escuchó pasos acercándose lentamente. Fue extraño, pues no había escuchado siquiera la voz de la persona que había entrado.

Cuando se giro, su corazón comenzó a latir con rapidez.

Sus ojos, sin esperarlo ni desearlo, se habían encontrado con los de Taylor Swift

-Vas a tatuarla-Murmuró el rubio con melancolía Él también notaba el cambio de Taylor, Él también veía su piel enfermiza, la oscura ropa holgada que tiempo antes le había quedado fenomenal. Él también notaba su mirada baja.

-Yo...-Tartamudeó el pobre Joe. Aquello le resultaba incomodo-Creo que te dejare trabajar, Ali.

El joven se fue rápidamente y, aunque Taylor estaba alli, Alice comenzaba a sentirse muy sola.

-Sé que prometi que no volverías a verme, Alice-Susurró la pintora mientras daba pequeños pasos en dirección a la pared con los dibujos y la frase de Harper Lee-, pero necesito un nuevo tatuaje... Y tú los has hecho todos, y yo no confio en nadie más. Y, aunque aquel no era el momento que muchos habrian considerado indicado, Taylor dejó escapar un par de lágrimas.

-¿Por qué lloras?

Ella suspiro.

-El dragón y el unicornio siguen alli-Sollozó mientras miraba el dibujo que habia hecho poco antes de dejarla. A Alice se le encogió el corazón al recordarlo...- Y se aman, Alice. Son felices.

-Y seguirán alli, amándose con felicidad, hasta que tú pierdas todas las esperanzas que aun tienes. Hasta que pierdas todas tus oportunidades

Alice no pudo saberlo, pero esta simple frase fue el detonante de todo el desastre que siguió.

-Entonces es una lástima que pronto tengan que irse.

...........

Alice le pidió a Taylor que se quitara la chaqueta y la camiseta para que el trabajo de tatuarla se le hiciera más fácil.

La pintora obedeció sin decir nada.

No le dirigió comentarios seductores ni se halagó a sí misma. No hizo nada que le permitiera creer a Taylor que la vieja Taylor seguia alli, oculta en algún rincón de la tristeza.

La tatuadora se cubrió la boca e intentó no llorar cuando la vio Podía notar los bordes de sus costillas claramente, y su piel era incluso de un tono más enfermizo en el área que el sol no golpeaba con frecuencia. Sus claviculas estaban demasiado ahuecadas... Y ambos brazos, desde la muñeca hasta los hombros, tenían cortes de todo tipo de tamaño y
m profundidad. Unas viejas, otras nuevas, pero heridas a final de cuentas.

-¿Realmente no existen posibilidades de que dejes de hacerte esto, Taylor?

La pintora no respondió.

.........

El único espacio libre en aquella larga columna de tristes estrellas estaba solo unos centímetros por encima de su coxis. Había llegado el final.

La tatuadora de estrellasWhere stories live. Discover now