HOMOFÓBICO [JIKOOK/KOOKMIN] ONE SHOT.

PARTE 1

PRIMER DÍA DE CLASES DE REGRESO DE LAS VACACIONES DE VERANO.

Un pequeño niño de nueve años, ojos grandes y una larga hilera de pestañas, corría hacia la gran oficina de su padre. Luego de terminar la escuela, el chofer siempre lo llevaba al bufete de abogados del cual su padre era dueño, pues el señor Jeon prefería tenerlo ahí todo el día junto a él, que solo en casa rodeado de empleados y empleadas, ya que su madre vivía de viaje o en el spa junto a sus amigas.

- ¡Papá! ¡Te extrañé mucho!-, gritó el pequeño de tez pálida, quien traía una bonita corona de flores enredada entre sus cabellos. El hombre lo miró extrañado, con el ceño completamente fruncido, y luego de darle un beso en la mejilla y abrazarlo con fuerza, lo alejó suavemente desde los hombros.

- ¿Por qué traes eso sobre la cabeza? Eso lo usan las niñas, Masaki. Si te ven los demás, van a creer que eres un maricón.
Jeon Jungkook tomó la corona que traía puesta su feliz hijo y la lanzó al papelero que siempre mantenía a un lado de su escritorio. El pequeño lo quedó mirando con los ojos muy abiertos, completamente confundido y la tristeza era evidente.

- ¿Qué es ser un maricón, papá? ¿Es algo malo?

- Sí. ¿Te la regaló alguna de tus compañeritas?-, dijo Jeon en un tono juguetón y alborotando el cabello de su hijo, a lo cual Masaki respondió con una tímida sonrisa y algo sonrojado.

- ¡No, padre! Las hicimos en clase de artes. Nuestro profesor de este año es tan amoroso y bueno. Las construimos y luego le regalamos la corona a la persona que más queríamos del salón. Así que con Ceevan nos las regalamos mutuamente.

Las últimas palabras fueron más que nada un susurro, sin mucha confianza como había comenzado la charla.
El hombre de 32 años se dejó caer sobre su silla de escritorio, con ambas manos entrelazadas sobre su vientre y con bastante coraje. No le gustaba para nada lo que había pasado con el nuevo profesor. No estaba de acuerdo con esas nuevas formas "liberales" de educar a los más pequeños. Al parecer iba a tener bastantes roces con él en las reuniones de padres que tendría durante el año.

AL DÍA SIGUIENTE EN LA ESCUELA.

- Lamento mucho que el tío Jungkook haya tirado a la basura la corona que te hice. Te quedaba muy linda. Además la hice con las flores que me ayudaste a recoger-, murmuró el pelinegro de ojos pequeños, quien era un poco más alto que su amigo y estaba usando la corona que Masaki le había regalado la clase anterior.

- No puedo usarla porque no soy un maricón-, dijo con mucha confianza el niño más bajito con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Estaba tan seguro de sus palabras, como si realmente supiera el significado tras ellas.

El profesor quedó boquiabierto al escuchar la declaración del niño. Antes de reaccionar y tomar medidas drásticas, se dedicó a analizar la situación, pues, él no conocía aún las familias tras los niños que estaban a su cargo durante ese año. Lo único que sabía era lo que había visto la clase anterior, y que provenían de familias bastante poderosas económicamente hablando, al igual que él, sino jamás le hubiesen dejado brindar clases en el lugar. Sí, la educación seguía siendo un negocio para las personas que gozaban de un sinfín de privilegios.

-Masaki, ven a mi escritorio, por favor-, dijo en un tono bastante calmado, pero lo suficientemente fuerte para que él pudiera oírlo. Le regaló una sonrisa amigable y una suave caricia sobre su hombro. - Cariño, ¿por qué le dijiste a tu compañero que usar las coronas que construimos ayer, con mucho amor, es para “maricones”? ¿Sabes el significado de esa palabra?- murmuró el profesor poniendo toda su atención en el más pequeño, sin moverse de la silla tras su escritorio. Estar físicamente a la altura de sus alumnos mientras conversaban, poder mirarlos a los ojos y transmitirles confianza, era muy importante para él.