━━ 005: Laenor.

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LA PROPUESTA DE LA PRINCESA

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LAENOR NO ESPERABA despertarse con el anuncio de la inminente llegada del rey y la princesa Rhaenyra a sus aposentos. Laenor se dió un baño rápido, se recogió el pelo todavía húmedo en una coleta baja y se colocó una camisola y unos pantalones limpios. Estaba terminando de abrocharse el cinturón y la vaina cuando las puertas se abren.

━━¡Su Majestad Viserys, el primero de su nombre, y Su Alteza Rhaenyra, la Princesa Heredera! ━━anuncia en voz alta el guardia de la puerta. Laenor se inclina ante el rey y la princesa.

━━Buenos días, Su Majestad ━━saluda Laenor, luego asiente con la cabeza hacía Rhaenyra en reconocimiento━━, mi princesa.

━━No hay necesidad de estás formalidades, sobrino ━━replicó Viserys mientras abre los brazos en su dirección━━. Hace tiempo que no nos vemos.

Laenor abraza con cuidado al rey, mirando sorprendido a Rhaenyra, quien sonreía satisfecha.

━━Has crecido, hijo ━━Viserys acaricia su hombro━━. La guerra en los Peldaños te ha cambiado.

━━Pocas cosas pueden permanecer igual en una guerra, Majestad ━━responde Laenor.

━━Y eso es una gran verdad ━━pronuncia Viserys brevemente.

Durante un breve lapso, reina el silencio en el lugar, Laenor no se atreve a interrumpirlo, permitiendo que el rey y su hija se preparen y le cuenten acerca del verdadero propósito de su visita.

Comienza a observar detenidamente a Rhaenyra. En ese momento, ella no se parecía en absoluto a la confundida jovencita de ayer. En sus hebras plateadas se entrelazan cintas ribeteadas de perlas, y sus cabellos caían en elegantes ondas hasta su fina cintura. Vestía un vestido lila que resaltaba el color de sus ojos. El corsé ceñía firmemente su pecho inmaculado, dejando al descubierto su escote a la vista.

Laenor se sorprendió al darse cuenta de que anoche no había logrado apreciar toda la deslumbrante belleza que emanaba de la joven princesa. La obsesión de Laenor por la belleza era bien conocida. Amaba la elegancia de la ropa, la nobleza de los caballos y la destreza de las armas. Pero también, amaba a las personas hermosas y Rhaenyra era una de las doncellas más hermosas que había tenido el privilegio de conocer.

Sus ojos se posaron en sus cejas de un tono oscuro, delineando su frente en una línea perfecta. Las largas pestañas que enmarcaban sus ojos intensificaban su expresividad e insinuaban un misterio cautivador. Su nariz fina y delicada complementaba su rostro angelical, mientras una barbilla diminuta y mejillas suaves conferían una aura de delicadeza e inocencia.

La mirada de Laenor descendió hacia los labios de la princesa, y estos resultaron ser una revelación estética. Eran hermosos. El labio superior, delgado y bien definido, tenía una curva encantadora que prometía un sinfín de placeres. El inferior, en cambio, era voluptuoso y seductor, provocando en Laenor el irresistible deseo de acariciarlo con sus dedos y sentir su suavidad.

Tragando pesadamente, Laenor desvió la vista, consciente de que estaba siendo arrastrado a una zona peligrosa. Sin embargo, no pudo evitar notar que el cuerpo de Rhaenyra también había cambiado desde su último encuentro. Había crecido, adquiriendo una altura y delgadez que realzaban su figura. Sus curvas se habían desarrollado con la gracia propia de una mujer.

Y entonces, sus miradas se encontraron. Rhaenyra captó el interés ardiente de Laenor en sus ojos, incendiando sus mejillas con un rubor tímido. Ella fue la primera en bajar la mirada, desviándola hacia sus manos, entrelazadas con nerviosismo. «Aún tan inocente», piensa Laenor para sí mismo, disfrutando de la evidente muestra de perplejidad en el rostro de Rhaenyra.

𝗝𝗜𝗡𝗘𝗧𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗧𝗢𝗥𝗠𝗘𝗡𝗧𝗔 ✵ hotdWhere stories live. Discover now