Índigo | BladeHeng

· Prólogo

        🫧  ⟆ He's evil, most definetly.

· El ojiazul no podía dormir.

Cada que cerraba sus ojos comenzaba a retorcerse en su cama, su cabeza dolía,y en lugar del completo vacío y oscuridad detrás de sus párpados, había alguien, como si estuviera quemado en sus retinas.

Ese hombre, apuntando hacia él con su espada, como la lanza de Dan Heng perforaba su pecho, pero no le hacía ningún tipo de daño. Esos ojos rojos que lo miraban como un cazador a su presa, como su mirada perforaba lo más profundo de su alma.

— De cinco personas, tres tienen que pagar. —

Dan Heng se enderezó, sin antes haber salido de sus labios un fuerte jadeo en búsqueda de aire, era una maldita pesadilla, sentía que poco a poco se volvería totalmente loco.

— Blade. —

       🫧  ⟆ El equipo del transeúnte.

Existía cierto hombre, uno de mirada totalmente penetrante. Que vivía siendo esclavo de una tensión con la que estaba familiarizado, que por más que lo buscará no se disipaba, y un dolor fantasmal, agudo y cruel. Su pasado se había hecho pedazos y no recordaba su nombre.

Su cabello era negro que ante los rayos del sol lucía azulado; sus músculos se contraían y asomaban como carpas en el río. Unas fuerzas inhumanas tallaban su cuerpo como una estatua sin descanso alguno; Sentía como los tendones de su cuerpo se hacían y deshacían; los huesos se quebraban y volvían a unirse, provocándole al hombre un dolor tormentoso. Tras innumerables torturas internas, su pasado fragmentado como la porcelana volvía a unirse por fin. Mientras observaba su reflejo en el agua cristalina manchada de su propia sangre, la historia completa de su tragedia se reveló poco a poco dentro de su mente."

Dan Heng y sus compañeras encontraron una horquilla en el planeta Jarilo-VI durante su estancia ahí,Según Sampo, se le llamaba "horquilla de madera rejuvenecida el transeúnte" Sabrá Dios qué significaba eso. Pero Dan Heng lo conservó, creía que era familiar, igual que un par de un brazalete, pues… no se sentía correcto creer que solo era uno, quizás se sentía solo. Dan Heng también encontraba familiar el brazalete, según locales, se llamaban "Brazal del Dragón del transeúnte" e iba junto con la horquilla.

"Parecía que había una conexión casi telepática o psicológica entre ambos brazales. El hombre inmortal solo tenía uno de ese par pero cuando lo rozaba ligeramente, podía notar la temperatura del otro, podía sentirlo, podía.. estar un poco más cerca del dueño del otro.

El hombre inmortal usó toda su fuerza, su concentración, en pensar quién era el dueño del otro par, dónde estaba, qué hacía..

El hombre inmortal alguna vez se unió en batalla con el otro dueño. Sus manos lastimadas y fuertes sujetaban con determinación una lanza, y cuando la blandía en la batalla, su filo relucía como una estrella fugaz. El dueño del otro brazal fue algo para el hombre inmortal, fueron todo y al mismo tiempo fueron nada, y juntos contemplaron la luna en aquel cielo estrellado que era tan frío, sin decir una palabra el uno al otro.

Pero las cosas hechas en par deben ser llevadas igual, y los pares separados siempre se vuelven a encontrar eventualmente. El odio, el rencor y el dolor mantenidos entre ellos durante largo tiempo deben beberse como un alcohol costoso, lentamente, todo a su tiempo, hasta que la botella de el resentimiento se vaya acabando sorbo a sorbo.

¿Sentirá lo mismo el dueño del otro brazal? El hombre inmortal no está preparado para saberlo."

Los objetos creados en parejas, siempre acaban reuniéndose de nuevo.

· Dan Heng se colocó el brazalete en su brazo derecho, sintiendo como este se llenaba de una dulce calidez, una que era cómoda y reconfortante, y entonces, solo entonces, pudo dormir.