Capitulo 5

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Recuerdos

-entro al hospital para buscar una silla de ruedas. Por primera vez escuchaba su corazón, por primera vez aria lo que sentía que era correcto-

☁️(Bien, si algo sale mal será mi fin, lo acepto)

-lo más disimulada posible tomo una silla de ruedas y la llevo hasta la habitación del susodicho-
—Bien te ayudaré. Pero quiero que actúes lo más normal posible.
—Normal? Claro yo soy muy normal.
-con una gran sonrisa y con la ayuda de Alexandra se sentó en la silla de ruedas. Con una mano empujaba la botella de infusión con gotero y con la otra controlaba la silla de ruedas-
—Recuerda, debes actuar normal...
—Si lo tengo entendido.
-intentaba soportar los nervios y era algo frustrante, y mientras Liam miraba a todos lados preguntando "si ya casi"-
—Si preguntas una vez más, te dejará en la habitación
-hablo entre dientes Alexandra. Lograron llegar a los baños. Entraron y cerró la puerta con seguro-
—Bien lo logramos. Ahora depende de ti, tienes que cambiarte si? Y actúa más normal y callado...
-intentaba no alzar la voz-

~•~Estaba cada vez más frustrada. Este chico no paraba de hablar y ser desesperante, si fuera por ella, ya lo habría dejado en su habitación esperando que se lo llevaran, pero está vez el corazón no lo permitía. Solo suspiró y se lamento por dentro~•~

—Si claro, no te preocupes, yo puedo hacerlo
-aun sin borrarse esa "fastidiosa" sonrisa comenzó a desnudarse frente a ella. Alexandra quedó perpleja ante la "indeseable" pero maravillosa vista-
—¿Que miras pervertida?
—L-Lo si-siento...
-tartamudeo un poco antes de darse la vuelta. No sabía que pensar o que decir, solo tenía esa imagen en su mente-
☁️(Dios mío...estaba casi desnudó)
—Ammm...¿Por qué soy yo la pervertida? Tu no diste algún aviso y solo lo hiciste...no fue mi culpa ni mi intención el verte así
—Pero pudiste darte la vuelta cuando me quite la camisa, sin embargo, estuviste mirándome como una niña a un caramelo
-solto una leve risa-
—No es cierto, solo apúrate quieres!...ya me arte de esperarte.
-hablo en un tono serio y frío-
—Lo siento doña caprichos.
—¡¿Doña que?!
-se dio la vuelta sin importar en qué circunstancia se encontrará Liam-
—Doña caprichos. Eres niña de mami y papi, por eso te comportas así. Cómo consigues todo lo que quieres con solo chasquear los dedos te desesperas si no consigues todo con rapidez.
—Haber tu!
-con un dedo empezó a golpear levemente contra el pecho del chico-
—Para tu información, no soy una "niña mimada"
-esto último sonó en un tono arrogante-
—Toda mi vida mis padres me trataron diferente que a los demás...yo no existía en su panorama...¡YO NO TENIA LO QUE QUERIA CUANDO QUERÍA!
-liam solo agachó la cabeza-
—Lo siento...

~•~Esto le había hecho recordar su triste pasado. Desde pequeña sus padres siempre estaban en el hospital antes que estar con ella. Poco a poco se acostumbro a su ausencia y a que jamás conseguiría lo que más deseaba tener en cada instante. Amor. Si, amor, de sus padres, tan solo un poco de atención pero no lo obtenía. Tal vez, solo tal vez, su comportamiento era así...pues nuestro comportamiento se ve afectado por el contexto que nos rodea, por las personas que conviven con nosotros, por nuestros criterios personales y emocionales~•~

—Maldicion. Ya estás listo vamos.
-intentaba controlar sus emociones, ese momento no era el preciso para desahogarse y menos con ese chico-
—No quería molestarte...
—Ya no pasa nada.
—Si pasa algo, no nos conocemos pero puedes contar conmigo
—Si,si ahora cállate. Vámonos antes de que nos encuentren.
-esconde la silla de ruedas. Abrió un poco la puerta por dónde asomó la cabeza-
—Nadie, vámonos.
-tomo su mano y con un poco de fuerza que más bien parecían jalones lo saco del área de baño para llevarlo hasta la puerta-
—Oye tranquila chica
—Mi nombre es Alexandra, no chica
-parece que estaba más fastidiada con cada segundo que pasaba y se notaba en su voz-
—Perdon Alexandra
-imito de manera comica el nombre de la chica-
—Idiota, si escucho nuevamente tu voz fastidiosa durante lo que queda de recorrido te dejo en tu habitación para que te largues!
-elevo la voz, provocando que las demás personas los miraran-
—Hay pues perdón!
-se quedó callado un poco molesto. ¿Que le pasa a esa mujer? Ni un poco de gracia tenía, que aburrida-

Sueños De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora