Like You Do ｡⁠*ﾟ⁠╹⁠Noritoshi Kamo╹⁠

4.

Desperté desorientada ya que no esperaba quedarme dormida con tanta facilidad, esperaba ver a Kamo frente a mí, en cambio estaba Miwa sentada mirando su celular.

-Hola Kasumi -le sonreí ligeramente aun adormilada, me talle los ojos para despertar un poco más. -¿llevas mucho aquí?

-Por fin despertaste Hyori, acabo de llegar casi.

Conversamos un poco se su misión en donde habían acabado con dos maldiciones de tercer grado que se encontraban en un parque.
En ese momento me pregunte cuando recibiría mi primera misión oficial, pero si no descubría como hacer funcionar mi ritual inverso pronto, no me permitirían salir así.

Al día siguiente desperté temprano y salí a trotar con Kasumi, podría jurar escucharla maldecir mi nombre por levantarla tan temprano a correr, pero no quería andar sola en la escuela y salir herida nuevamente.
Al finalizar la primera vuelta alrededor de la escuela Miwa dijo que era suficiente para ella y tenía razón, la escuela era bastante grande como para recorrerla por segunda vez con el mismo ritmo. Caminamos un poco más hasta llegar al campo de entrenamiento, a pesar de ser bastante temprano ahí se encontraba Aoi Todo lanzando patadas al aire.

-Creo que sera mejor irnos Hyori, Todo suele ser bastante temperamental. -dijo Kasumi tomando mi brazo para dirigirnos a otro lado.

-Tranquila, solo ire a conocerlo. -sonreí ligeramente y sentí como se escondía detras de mi.

-Hey... Soy Bae, la chica nueva. -dije un poco más alto que mi tono normal de voz para que me escuchara sin tener que acercarme tanto.

-¿Bae? -respondió curioso, dirigió su vista a mi mano y sonrió -así que eres la niña de la que Nishimiya y Kamo hablaban... -asentí como si supiera de lo que hablaba.

-¿Entrenas solo? ¿Puedo unirme? -escuche detras de mi un "¿¡Qué!?" que pertenecía a la peliazul.

-Podrías unirte... si respondes bien una pregunta -lo mire fijamente esperando que hiciera la pregunta. -¿cuál es tu tipo de chico?

-¿Qué? -definitivamente no era una pregunta que esperaba. Ladee la cabeza en busca de una respuesta adecuada-Supongo que si tengo que responder diría que los tipos que son maduros y saben lo que quieren en la vida, que sean más fuertes que yo capaces de protegerme y tienen que ser altos. No me gustan los tipos que se hacen los tontos para agradarme.

-Supongo que si fuera mujer respondería algo similar -dijo reflexionando mis palabras -puedes unirte pero no creo que aguantes la intensidad de un de mis ataques.

Sonreí ante su respuesta y fuí hacía él dando saltitos, Miwa parecía que iba a desmayarse al escuchar la conversación. Me detuve frente a él y me puse en posición de combate. La diferencia de altura era muy grande, al igual que de los músculos pero quería probar mis habilidades aún así.

Todo lanzo el primer golpe y apenas pude esquivarlo sorprendiendolo. Básicamente de eso se trato nuestro entrenamiento, él lanzaba golpes aleatorios y yo los esquivaba sin poder lanzar uno yo. Con cada puño que se dirigía hacía mi Miwa gritaba un poco asustada.
Cuando logre ver la distancia a mi favor le di una patada en el abdomen cargada con energía maldita haciendo que retrocediera 1 pasos. Los 3 nos quedamos quietos al ver lo que había hecho. Aoi sonrió y se acerco a darme una palmadita en la cabeza.

-No esperaba menos de ti, se acabó la pelea, ya fue mucho para tu mano en ese estado.

Ese día me la pase con él la mitad de la mañana, en donde me enseñó a darle más estabilidad a mis rituales dandome algunos consejos aleatorios. Miwa me llevo al comedor casi a rastras por que quería seguir hablando de técnicas y rituales ya que Aoi lo explicaba de una forma clara.

Mi primer mes en el colegio pasó, fue tranquilo a diferencia de mi primer día. Lo que me resultaba extraño es que el director Gakuganji me citaba de vez en cuando en su oficina para tomar el té.

Otro suceso que me resultó extraño fue que entable amistad muy fácil con Todo, seguido me invitaba a ver el programa de la idol que le gustaba, no tenía problemas para verlo una vez a la semana con él, pero no es algo que miraría todos los días.
Gracias a él descubrí como activar mi ritual maldito inverso después de una de nuestras conversaciones post combate, logrando curar mi mano ese mismo día dejando una cicatriz particular adornandola.

Me dirigí hacia la oficina de la señorita Utahime ya que me había citado para darme información de una misión. Despues de escuchar un "adelante" detras de la puerta pasé y la mire acompañada de Kamo.
Estoy segura de que puse una cara de horror ya que al ver al pelinegro parado cerca del escritorio por que recibí una fría mirada de ambos.

Me acerque derrotada y leí el informe de la misión. Eran dos Maldiciones de segundo grado y una de casi primer grado que se encontraban en el cementerio.

-Ahora que ambos leyeron el informe pueden ir al lugar. -Iba a protestar y Utahime-sensei lo noto por lo que fue más rápida que yo y dijo -Tienen que aprender a trabajar en equipo y no quiero ningun pero, esto va para ambos.

Por lo último que dijo podría adivinar que Kamo intento cambiar de compañero antes de que yo llegara, lo cual me hizo sentirme un poco molesta. Suspire derrotada y me dirigí con Kamo a la salida de la escuela en donde nos esperaba un auto para llevarnos al cementerio.

Todo el trayecto fue silencio total, les dije de si podíamos poner música pero Kamo al ir de copiloto nego mi petición. Me coloque mis audífonos y puse musica para mí, hubiera preferido ir a una mision con Aoi que con Kamo, era demasiado recto y perfecto como para poder socializar con él.
Hasta ahora tenía en claro mis amistades, Kasumi y Aoi eran mis amigos más cercanos, Mai, Momo y Kokichi eran buenos compañeros y hacer misiones con ellos eran divertidas. Y Kamo, era él, no lo consideraba ni siquiera una buena opción para un compañero en una misión, no por qué no fuera fuerte, simplemente no podía adaptarme a él y su falta de comunicación conmigo.
Con todos hablaba menos conmigo así que yo hice lo mismo. Tenía una teoría que se debía a que no pertenecía a alguna familia de hechiceros, por esto decidió no hablarme para no manchar el nombre de su clan.

Al llegar al cementerio me quite mis audífonos esperando que pusieran el velo para poder entrar.