★Quinto★

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Me removí incómoda en mi lugar, sentía mi espalda adolorida y mis pies entumecidos. Abrí los ojos y me acostumbré a la luz solar, porque si, me había quedado dormida en aquella silla incómoda que había cerca de la piscina.

Mi entrecejo se arrugo al ver una manta cubriendo mi cuerpo, de razón no había sentido frío anoche, ¿Quién fue la persona tan considerada que me trajo una manta?.

Me levanté de aquella silla y me estiré escuchando como mis huesos sonaban sacándome un quejido de dolor.

— No volveré a quedarme dormida en una silla — Asentí para mí misma.

Caminé hasta la puerta de vidrio corrediza y me adentré a la casa hasta la cocina, me detuve en la entrada cuando vi al pelinegro allí preparando algo.

— Buenos días — Murmuré haciendo una reverencia cuando el notó mi presencia

— Hola — Saluda amable — ¿Quiere una taza de café?.

— Te lo agradecería — El sonríe y me sirve una — Gracias.

— No es nada — Murmura bebiendo su taza de café.

Me llevé la taza de café a mis labios y tomé un sorbo, estaba caliente y muy rica.

— Sabe bien — Dije

— Que bueno — Sonríe.

Me quedé en silencio y desvíe la mirada terminando de beber mi taza de café. Dejé el pocillo en el lavaplatos y luego lo lavé dejándolo en su lugar.

— ¿Has dormido bien? — Me sequé las manos y lo miré

— Algo así — Murmuré — Me quedé dormida en una silla y no me di cuenta — El suelta una risa pequeña al escucharme.

— ¿Fue incómodo?

— Demasiado — Dije y el ríe más — Estoy adolorida — Murmuré.

No sólo estaba adolorida del corazón, sino que también del cuerpo.

El simplemente me miró en silencio y yo me dispuse a salir de la cocina, subí a la segunda planta y me adentré a mi habitación yendo directamente al baño a darme una larga ducha con agua fría.

Al salir busqué entre la ropa que Yuri me había empacado y bufé al ver la ropa. Tenía esta ropa guardada en mi clóset porque casi no me la ponía, mi estilo era más holgado y no pegado al cuerpo.

Ante las cámaras también me presentaba con ropa normal, a mi estilo, más holgada, sólo me ponía vestidos elegantes o cosas así cuando era sumamente necesario. Pero ahora no era necesario ponerme ropa pegada al cuerpo.

— Luego habló contigo Yuri — Susurré agarrando una muda de ropa.

Me vestí con un pantalón claro pegado al cuerpo y era ochentero, una blusa negra de manga larga que dejaba un poco al descubierto mi cintura y que tenía una pequeña rajita en los senos, está blusa alcanzaba a cubrir mis clavículas y parte de mi cuello. Por último me puse unos zapatos bajitos color negro.

Mi cabello lo dejé suelto y esperaría a que se secará por si solo. Salí de mi habitación y baje a la segunda planta.

— SooJin — Me abraza mi mejor amiga y yo le sonreí

— No me agrada la ropa que elegiste para mí — Le dije cruzando mis brazos

— Pero si te ves hermosamente sexy — Le di una mala mirada y ella ríe — Si no te gustara no la tendrías en el clóset guardada, ¿No lo crees?

— Son regalos de mi madre y de ti, ¿Lo olvidas? — Yuri puso los ojos en blanco y yo reí — Además son para ocasiones especiales y este viaje no es una de esas ocasiones.

𝐓𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐚 |𝐘𝐨𝐨𝐧𝐆𝐢, 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 •EN PAUSA•Where stories live. Discover now