¿Quieres pedir adomicilio?

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Bajé las escaleras para llegar a mi puerta principal y salir por esta.

Joel me esperaba dentro del coche y subí en la parte delantera, de copiloto.

Por el camino pusimos música, él y yo cantábamos como locos. Nuestros gustos musicales son parecidos, a mi siempre me ha gustado mucho el rock antiguo, y el es un viejo, así que sabemos de lo que hablamos.

Aunque mis gustos musicales són extendidos y no me cierro a ningún género.

Unos 20 minutos después de conducir, frenó lentamente delante de una casa realmente, la de taylor.

Estaba bastante alejada de la ciudad, y la rodeaba un bosque precioso.

Me despedí de Joel y me dijo que me recogería después de cenar. Le agradecí por haberme llevado y me fui andando hasta el portal de la casa.

Toqué el timbre y no tardaron en abrirme la puerta.

- ¡Hola! - Saludó Taylor.

- ¿Qué tal? - Dije yo.

- Bien, bien. Te estaba esperando, pasa. - Me sonrió y se apartó de la puerta para dejarme pasar.

Miré a mis alrededores y observé la casa. Ya había estado aquí antes, pero nunca me había parado a analizar cada detalle. Era muy acogedora y rústica. Todas las estanterías tenían algún premio encima, cosa que me hizo soltar una ligera risa.

- Venga, hay que empezar las clases. - Me tocó el hombro. - Cuando vayamos a cenar, te enseño la casa. - Me sonrió.

Asentí y se puso a andar. Le seguí y me condujo hasta la planta superior, ahí abrió una puerta y dejó ver su estudio.

- ¡Hala, esto es increíble! - Dije mientras miraba asombrada todos los instrumentos y equipos de música que tenía ahí.

Soltó una risita. - Gracias, puedes usar lo que quieras. Pero antes..... -

Miré con rechazo y asentí lentamente. Me senté en la banqueta del piano.

Las clases empezaron con tranquilidad, esta vez tenía que hacer un ejercicio de acordes con los ojos cerrados y aprobé sin problemas

- Tienes talento, ___ Miller. -

- No soy la que ha ganado tantos premios como para llenar una casa de 500 metros cuadrados. -

Me sonrió y me acarició la mejilla con la palma de la mano.

Me puse nerviosa pero ella solo la apartó con delicadeza y siguió con la clase.

Tenerla al lado me hacía desconcentrarme y fallar algunas veces, y cuando sentía su cuerpo rozando el mío cuando se sentaba en la banca para ayudarme a tocar, mi corazón se aceleraba tanto que sentía que me iba a desmayar.

POR FIN las clases terminaron, y me levanté de la silla.

Estiré mis brazos de manera exagerada y bostecé de manera ruidosa.

- Parece que no te encanta tocar. -

- No es lo mío. -

- A veces eres tan cabezota...-

Se levantó y me dio un pequeño golpe en la cabeza. Me pidió que la siguiera y bajamos las escaleras.

- ¿Qué quieres cenar? -

- Tu mandas. -

- ¿Quieres pedir adomicilio? -

- A mi me va bien. -

- Genial. -

Taylor agarró su teléfono y hizo una llamada pidiendo la comida. Nos decidimos por sushi porque es mi comida favorita.

Our little secret (Taylor swift) ♡Onde histórias criam vida. Descubra agora