Capítulo 5

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Había pasado ya un mes desde que llegaron, se habían adaptado perfectamente, estaban entrando a una pastelería por que Nathaniel había visto su tarta favorita, al entrar pidieron dos trozos de tarta de chocolate, un café y un batido de chocolate, les sirvieron pero una voz los interrumpió -¿Regulus, Regulus Black?- en ese momento el mayor se tensó pero miró a la persona -¿Prewett?- preguntó sorprendido.

-Si que eres tú, hace años que no nos vemos- El Black se tranquilizó un poco, la peliroja había sido compañera suya en Hogwarts, era unos años mayores pero habían hablado una que otra vez  -Andy, no te había visto, ¿Qué haces por aquí?-

-Me acabo de mudar aquí, no quería pasar más tiempo en esa guerra, ya me ha quitado a muchas personas, pero la pregunta es que haces tú aquí, el profeta te ha dado por desaparecido y probablemente muerto, incluso lord Black dio una entrevista diciendo que la misma noche que se incendió la casa Gaunt desapareciste, desde ahí todos te dan por muerto, Sirius se pasó días en cama llorando- habló ella sorprendida.

-Ya, sobre eso , me escapé de casa, ¿Quieres sentarte y hablamos más tranquilamente?- ofreció señalándole la silla y dándose cuenta del niño que tenía la chica al lado. -¿Quién es él?- viendo como la chica lo sentaba encima suya dándole unas galletas.

-Te presento a Nolan Prewett, mi hijo, tiene dos años y él ¿Quién es?-  preguntó mirando a Nathaniel con curiosidad.

-Él es Nathaniel Gaunt y tiene tres años- miró como el Gaunt saludaba a el hijo de la chica, al mirar a la chica  esta miraba al niño y luego a él sorprendida, al ver la cara de ella explicó -Se apareció en la mansión Black esa noche con heridas, desde entonces tengo su custodia-

-Regulus. yo no quería- bajando la mirada  -No te preocupes, no la sabías, por las maletas puedo ver que acabáis de llegar ¿Tenéis donde quedaros?- interrumpió el Black mirando a Andy -Oh si no te preocupes, está a las afueras  en el bosque, no es muy grande pero suficiente para dos- respondió -¿Quieres que os acompañemos? no me importa-

-Solo acepto porque llevo mucho equipaje- aceptó la Prewett, al terminar de comer se pusieron en marcha, tuvieron una conversación amena mientras los niños jugaban de camino, fueron corriendo entre risas por las calles del pueblo, al llegar Regulus se dio cuenta que vivían a solo dos minutos y en el mismo bosque  -Si necesitas algo estamos al lado, es la siguiente casa, estamos a dos minutos- Comentó el pelinegro -Gracias por todo- agradeció ella.

-No te preocupes, es un placer.

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Nathaniel y Nolan se habían hecho muy amigos desde entonces, había pasado ya casi un año, el cumpleaños de Nathaniel sería la semana que viene, las pesadillas habían ido en aumento, Andy había abierto su propio restaurante que ya empieza a oírse por España y Francia y Regulus  había creado una cadena de Hoteles  por todo Andorra, eran los únicos que habían, en el pueblo eran conocidos por siempre ayudar a las personas.

Nathaniel no quería celebrar su cumpleaños y él lo respetaba, simplemente irían a comer al restaurante de Andy y había encargado una tarta de chocolate de postre, ya había hablado con la chica, lo único especial era el pastel, comparado con el cumpleaños de Nolan esto no era una fiesta y el niño lo quería así y bueno a lo mejor se le da un regalo peor era algo que el pequeño le ha estado pidiendo desde que vio un partido de hockey.

El día llegó y Regulus despertó al niño con el desayuno en la cama, esa noche Nathaniel tuvo la peor pesadilla hasta ahora, el niño se despertó desconcertado mirando a Regulus y luego a la comida y abrazó a el mayor -Gracias Reggie-  este correspondió y le susurró -De nada pequeño, ¿Seguro que no quieres celebrarlo?-  El niño negó separándose del abrazo -Está bien, pero sabes que no puedes librarte de ir al restaurante de tu tía Andy- el pequeño asintió -Lo se, a tía Andy le encanta comer todos juntos-

El día fue genial, todos estaban felices y a Nathaniel le encanto el regalo, le había comprado un equipo de hockey y le había inscrito a un equipo de niños para que pudiese jugar, Nathaniel se puso a saltar de la felicidad. Por la noche se juntaron los cuatro a petición de Nathaniel para hacer una fiesta de pijamas. Todo fue perfecto y aunque el niño se despertó templando y llorando por las pesadillas al Nolan abrazarlo se calmó y se durmieron abrazados a lo que Andy y Regulus se sonrieron para dormirse otra vez en el sofá agrandado.

Desde ese momento ambos niños se volvieron inseparables.

Días después de esto Nolan le pidió a Andy avergonzado si se podía apuntar a baile contemporáneo al ver a unas chicas bailando y ahora se aburría al Nathaniel estar en hockey, Andy lo abrazó diciéndole que irían a apuntarlo al día siguiente.

SempiternoWhere stories live. Discover now