ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇

2 { Un Ángel Caído } ♡

Demean Harrison.

—Ve a casa, debes ducharte— me dijo mi madre

—No quiero separarme de él, mamá.

Mis padres ya estaban con nosotros.

Nadie del equipo podía salir a decir algo a la prensa sobre la salud de Izan, en unas horas él iba a despertar y yo quería estar ahí para él, desde pequeño hemos sido muy unidos.

Dejé a algunos chicos del Gonzma junto a mis padres, otros habían ido a casa a hacer sus cosas para luego volver y volver y turnarse.

Salí junto a un jugador ya que mi auto lo abandoné no sé donde. Pudimos ver cómo la prensa seguía afuera a la espera de alguna noticia de mi hermano, pero ni siquiera yo estaba seguro de que podía pasar luego.

Al entrar al departamento fui directo a la ducha para marcharme en busca de mi auto. 

 [40 minutos después]

—¿Todo bien?— miré a mis padres.

—Aún no se ha despertado.

—Okey, voy a verlo.

Al entrar vi a los chicos ahí —los que se habían quedado— hablando como si Izan no estuviera hospitalizado. Y eso, eso le gustaría a él.

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Emma.

—¡Lia por favor!— lo único que hizo hoy fue llorar por aquel chico. 

—Emma, no puedo— vino a mis brazos, seguía llorando.

—Si puedes, aún no han dicho nada, su familia no ha salido a decir nada, tampoco los del equipo, menos el entrenador, tranquila, todo va a estar bien nena— pase mis manos en su cabeza, consolándola.

—Lo has visto tú, se quedó tirado, sin moverse.

No dije nada. Si decía que sí, estaba segura de que lloraría más, y si le decía que no, era muy probable que se enojara.

Dalia siempre ha sido muy entregada a sus sentimientos, el día que lo conoció a través de un televisor, busco todas sus redes sociales y llegó a la conclusión que para ella ya no había otro chico en este mundo que llamara su atención, decía que siempre fue Izan, durante estos dos años se ha llegado a encariñar mucho con ese chico. 

Izan era un chico guapo, de seguro muchas chicas estaban detrás de él, era amable, de estatura considerable, nariz mediana, de tes blanca, sus ojos color marrón claro, su cabello medio largo color café, actualmente estaba en forma —cuando lo conoció Lia era un flequillo debutando en uno de la equipos más importantes— su mandíbula perfilada. Como diría Lia "Un Ángel caído".

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Dalia Miller.

Había pasado todo el día llorando desde el partido. Las cámaras lo apuntaban a él, estaba tirado y yo solo podía ver su cabeza con la cual negaba pero no podía moverse. 

La ambulancia entró para llevárselo y sin decir nada, el partido no continuó.

Habían pasado más de seis horas y nadie decía nada. Absolutamente nadie.

Durante todas esas horas Emma estuvo a mi lado porque yo no paraba de llorar. A los pocos minutos del accidente la rubia tuvo que darme medicamento para tranquilizarme, no puedo decirles que me siento mejor porque no es así. 

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Demean Harrison.

Uno de los chicos le salió a avisar al doctor y a mis padres de que Izan había despertado.