disney

773 43 16
                                    

SANGGI --------
Yeosang al fin encontró a su
princesa de cuentos de hadas.

Yeosang miraba a la lejanía, pero con un ojo bien puesto en cada movimiento de los dos amores de su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Yeosang miraba a la lejanía, pero con un ojo bien puesto en cada movimiento de los dos amores de su vida. Él siempre había sido un romántico empedernido, alguien que cree firmemente en el amor verdadero y que confía en la ardua lucha que hay que tener para alcanzarlo y mantenerlo; la idea de que alguien pudiera amarlo con el corazón, le pareció mágica desde sus inicios.

De niño, creció viendo el maravilloso mundo de Disney y, para preocupación de su madre, nada podía sacarle de la cabeza que él tendría su amor verdadero que lo amaría con todo su corazón. La mujer lo dejaba soñar pero no tardaba en recordarle "-cuida tu coranzito, hijo -con una mirada cargada de ternura- no lo entregues tan fácil... ¡eso no te haría un príncipe digno de una princesa!" Sí, diciendo lo último para hacerlo entender de alguna forma poco retorcida y cruel, que tenía que ser cuidadoso al confiar en las personas.

Aún así tuvo sus tropiezos. El mayor defecto de Yeosang era su entrega: era un ser tan amable y bondadoso de naturaleza, que a las personas nada les costaba verlo como una presa y querer apoderarse de él; le era difícil declinar un pedido de auxilio y ayuda. Eso le generó una reputación caballeresca -que le valió una buena popularidad con las mujeres- y también toda cantidad de mal intencionados que buscaban tener un poco de él.

Aunque él era un chico con mucha suerte, era eso o tenía un ángel de gran fuerza espiritual protegiéndolo desde los cielos porque en más de una ocasión estuvo a pasos cortos de ser lastimado, o de enfrentar un camino sin retorno.

Su inocencia pecaba de ingenuidad a veces.

A medida que crecía ese deseo no lo abandonaba: él, tarde o temprano, tendría a su amor verdadero. Yeosang no lo buscó, siendo específicos; él creía con firmeza que llegaría, pero no hacía nada para ir a por él y cree que fue lo mejor. Tuvo varios pretendientes: hombres, mujeres, niños y niñas que querían que fuera su príncipe y otro tipo de personas; sí, no le faltó alguien que quisiera estar a su lado y quererlo, pero lo que Yeosang anhelaba era ser amado, no querido. Lo creyeron engreído y mojigato por no haber tenido pareja nunca, cuando llegó a la edad de veintiuno, las burlas se hicieron peores pero él las soportó.

Especularon que tenía una novia en el extranjero o que amaba a un chico con el que su madre no le permitía relacionarse, pero nada era cierto. Él solo vivía su vida con medidas, riendo mucho y esperando su momento de brillar en el amor.

Jamás perdió la esperanza, ni siquiera cuando ya a los veintisiete había asistido a la boda de todos sus amigos cercanos -un par de ellos casados entre sí, incluso-, pero él seguía sin saber nada sobre el amor.

-Hijo, ¿por qué nunca has tenido pareja? -le preguntó un día su madre, tejiendo una bufanda para el rudo invierno que se avecinaba-. Estoy comenzando a preocuparme, Sangie.

our princess ,, mingi bottomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora