Capítulo 21 - ZEE PRUK

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oscuridad.

De nuevo en la oscuridad.

Odiaba la maldita oscuridad.

Las cadenas colgaban ajustadas y pesadas alrededor de mis muñecas y tobillos. Y en la celda hacía un frío glacial.

No sabía cuánto tiempo había estado aquí en este infierno, pero era lo suficiente como para extrañar el sol. Lo bastante como para extrañar la luz.

Mi estómago estaba revuelto por el dolor. Tuve que cerrar mis ojos y respirar a través de mi nariz cuando pensé en lo que más echaba de menos. Nunew. Mi Nunew.

La ira inundó mi pecho cuando pensé en el colgado de las cadenas, ensangrentado y golpeado, con Hangeng sosteniendo un cuchillo en su garganta.

El era tan fuerte. Rogando con sus ojos para no intercambiar mi vida por la suya.

Pero nunca hubo esa posibilidad. Mi corazón... mi corazón no sobreviviría si lo perdiera.

Era todo por el. Tomaría las drogas para mantenerlo a salvo.

Nunew estaría a salvo.

El sonido de un guardia entrando en la celda atravesó la oscuridad. Los pasos se me acercaron. Una luz muy brillante apareció repentinamente. Retrocedí fuera del destello blanco.

—Levántate —siseó el habitual guardia, hablando en la lengua china.

—El amo quiere verte.

—No es mi puto amo —gruñí.

El guardia caminó hacia atrás cuando conseguí levantarme y me acerqué la puerta.

Podía ver el miedo en su rostro.

Él era débil.

Tendí mis manos, pero el guardia no se movió.

—No me moveré —dije—. Haz lo que has venido a hacer.

El guardia dudó. Podía oír el ruido de las llaves en sus manos temblando. La furia se apoderó de mí y golpeé mi mano contra las barras de metal y rugí:

—¡Hazlo!

El guardia pasó a la acción y abrió la puerta. Le tendí mis manos. Agarrando la cadena me llevó por el pasillo húmedo y hacía un cuarto oscuro al fondo. Mi piel picaba mientras escenas retrospectivas irrumpían en mi mente. Agujas, dolor, gritos... Lian... Lian...

El guardia tiró de la cadena. Abrió de un tirón la puerta de un cuarto. De repente,todo era familiar... la cama estrecha, las correas con las que me ataron, una sola luz colgando del techo y el olor. El olor de productos químicos, de la droga, la droga que ellos introdujeron en mis venas, la droga que me hizo olvidar. No quería olvidar.

No quería olvidar su cabello, un par de ojos y esa sonrisa. La sonrisa de Nunew.

Alguien entró por la puerta detrás de mí. Sabía que era Hangeng. Podía sentirlo. Podía ver su rostro en mi mente mientras ordenaba la muerte de mi familia. Pude oír claramente su voz ordenando a sus guardias disparar, y podía ver esa mirada de satisfacción en su rostro, mientras les decía a los guardias que dejaran a mi familia apilados contra la pared, muertos y amontonados como cerdos sacrificados. Y recordé su rostro cuando nos ató a mi hermano y a mí boca abajo, atiborrándonos completamente de drogas.

—Llévalo y encadénalo a la pared —dijo detrás de mí.

El guardia tiró de mis cadenas, haciendo lo que le habían indicado.

Colgado de la pared. Hangeng ordenó:

—Más fuerte.

El guardia tiró de las cadenas. Apreté mis dientes, mis brazos estaban tan estirados que los músculos de mis brazos ardían.

Número 221 - ZeeNunewWhere stories live. Discover now