I'm Human

Capitulo 9 " No puedo perdonarte."

Sango me mostro todo lo ocurrido en estos 6 años cuando estuve encerrada. Kagura y Kikyo se mantenían cerca de nosotras pero no hablaban en ningún momento y en algunas ocasiones solo se fijaban en Miroku y le decían algo pero este solo les sonreía y corría a nuestro lado.

-Cariño, Kagome y yo necesitamos hablar a solas ¿está bien?—Sango le pregunto a su prometido, le dio un beso en la mejilla y sin escuchar la respuesta de Miroku, me llevo hacia un cuarto.

La habitación era grande y muy bien diseñada a la moda, el color rosa pálido de las paredes le quedaba perfecto. Me condujo hasta unos sillones negros y me indico que me sentara, al sentarme pude sentir la comodidad de sus colchones. Me acomode un mechón que se había acomodo enfrente de mi rostro y pacientemente espere que Sango hablara.

-Hace 6 años estábamos sentadas igual que hoy, lo único diferente es que tú derrababas lágrimas y te encontrabas asustada. —La castaña levanto su mano y me mostro dos dedos, una sonrisa se formó en su rostro. —Fueron dos veces que te vi llorando y la última vez fue cuando nunca volviste a la casa.

-Necesitaba mi ayuda. —Respondí de inmediato.

"No vayas, te traicionara."

Las últimas palabras de Sango retumbaron en mi cabeza. 

Narra Inuyasha.
Miroku se fue hace una hora con su prometida. Mientras que yo pensaba en una forma de averiguar quién era ese hombre de las fotos, y como maldita sea Kagome se involucró en todo esto.
Odiaba sentirme así, preocupado y confuso desde que llego Kagome a mi vida de nuevo. Realmente nada tiene sentido, ella se declaró culpable y se le vio en la escena del crimen pero poco a poco que empecé a investigar todo era más complicado de lo que parecía.
Aventé las fotos que Miroku me entrego hace unas horas y me lleve las manos a la cara, todo está mierda me estaba cansando. No podía dormir por las noches por querer correr hacia Kagome y preguntarle todo pero sabía que eso era imposible, pues en cuanto la viera mi ira llegaría.

-Señor Taisho. —Me llamo el guardia se seguridad. Era un hombre anciano que en si tiempo libre observaba revistas porno, era amargado hasta la muerte y se podía decir que me odiaba.

-Pasa, ¿ha llegado mi paquete?—Trate de sonar calmado, pero realmente quería que me dijera que había llegado el paquete.

-Sí. — El viejo paso por las fotos tiradas y las ignoro. Me dejo sobre mi escritorio lo que deseaba y salió sin decir palabra.
Llamé a mi secretaria y con una sonrisa victoriosa le pedí que llamara a Kagome Higurashi.