Perra

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-En unas horas estaré ahí. ¡Espero que ya estés lista!
-¡Lo estaré lo estaré! De hecho, ahora mismo iré a bañarme.
-No quiero tener que esperar una eternidad como siempre, estáte lista por favor.
-¡Que si hombre, que sí!

*Una Hora Después*

-¡Te dije que estuvieras lista!- menciona desde la puerta, potestando.-

-Solo me falta terminar de maquillarme, no llores más.- rueda los ojos-

-Siempre te demoras una eternidad para al final verte igual.-comienza a reír esperando su reacción mientras entra-

-¿Qué? ¿Igual? ¿¡Igual de qué, pendejo de mierda!? Una aquí para se demora horas para verse linda, verse sexy y sólo para un estúpido como tú.-se queja y el comienza a reir-

-Entonces eres más estúpida que yo- continúa burlándose de ella.

     Él se sienta en el sofá, junto a todo su maquillaje esparcido, paletas, labiales, pegamento, perlas, brochas y demás. Ella toma el rimel y comienza a aplicárselo mientras él se detiene a observar como va vestida. Su novia lleva un mini top blanco, unas mayas de cuadros grandes, un pantalón negro abierto a los lados exteriores desde los muslos hasta el puño del tobillo y unos tenis toscos en blanco y negro que le quedaban de maravilla, un outfit perfecto con su personalidad atrevida.

     Se acerca por detrás, mirando fijamente su trasero mientras ella seguía entretenida maquillándose.

-Te queda lindo este pantalón, te hace un culo riquísimo.- susurra a su oído pegándose a ella-

     A la nena le recorre un delicioso escalofrío desde el lóbulo de su oreja hasta su parte íntima  y suelta una risa nerviosa para tapar el sonido de un gemido que se le escapaba.

-¡Gracias Daddy!- sonríe y se aleja un poco de él, mirando su reflejo en el espejo- ¡Deja que veas lo que hay debajo!- piensa con malicia para sus adentros-

      La mirada del chico había cambiado completamente, el deseo era evidente en el ambiente, Melissa suspiro e ignoro tal detalle acercando su rostro nuevamente al espejo.

-¡Ya estoy! -dice sonriendo después de haber pegado una última perla en una de sus mejillas y tomado su riñonera-

-¡Pues vamonos ya mujer!- dice Marcos tomándola de la mano-

     Salen y caminan por las calles mientras van hablando como suelen hacerlo normalmente, con chistes de humor negro y doble sentido, una que otra anécdota del día, ironías y risas.

      Frente a un bar, sin mucha fila para entrar y con un tipo grande en la entrada, negro y calvo, se sientan en la acera, a compartir un buen porro de marihuana. Antes de las últimas caladas, doblan por la esquina cercana a ellos dos oficiales que hacían su caminata rutinaria, acercándose a ellos, se lo terminan más pronto y empiezan a reír por lo bajo, los oficiales pasan por delante de ellos sin detenerse y a pocos pasos miran hacia atrás, en su dirección, con sonrisas cómplices.

     Los chicos se levantan y cruzan la calle, se paran frente al tipo grande e intentan entrar, este los detiene...

-Se me portan bien, ¿nada de eso ayá dentro ok?

    Ambos asienten y entran susurrando lo indiscretos que habían sido respecto a su pequeña ida a su viaje astral.

      Dentro luces azules, rojas, moradas, verdes parpadeaban, la música retumbaba por todo el lugar y el ambiente está fresco.

   Van a la barra, piden el mismo trago de Whisky ambos y se van a la pista de baile. Se sitúan justamente bajo el aire acondicionado, muy inteligentemente. Solo pasa un rato hasta que se acerca un chico a Melissa, Marcos estaba parado a su lado pero ni siquiera la estaba tomándola de la mano.

Enteramente EróticoWhere stories live. Discover now