Nueva Yugork era un lugar triste, melancólico y de dónde carecían las esperanzas...
Los únicos realmente satisfechos y gozosos de aquella vida eran los cinco miembros de "El Consejo del Caos"
Ellos creían tener el mundo perfecto, pero no sabían l...
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Nine: Entonces... Señor Sonic, de especie erizo...
Hablo el zorro que guiaba el camino, su voz tenía una combinación de tono desinteresado con lo sarcástico. Logro atraer la atención del cobalto, quien caminaba detrás de él en silencio.
Nine: Explícame... ¿De dónde eres?
Un largo suspiro se escapó del erizo antes de responder.
Sonic:Bueno... Antes, de aquí, creo. Yo vivía en Green Hills...
Nine: ¿Green Hills? Hace diez años que no tiene ese nombre.
La plática no detenía su camino... El zorro conocía tan bien el lugar que ni siquiera se tenía que detener a pensar antes de girar y cambiar el rumbo... En cuanto el erizo, no le quedaba más que confiar en él.
Sonic: Se podría decir que he estado perdido durante estos años... Y un no logré resolver todas mis dudas ¿Crees poder ayudarme?
El niño se detuvo frente a una pared de metal, y con ayuda de sus colas, trato de moverla con fuerza, lanzado un par de quejidos debido a lo pesada que era... El azulino se acercó para ayudarlo, y entre los dos lograron quitarla.
Nine: Te ayudare en lo que esté en mí mano...
Salieron hacia el subterráneo, donde se mezclaron con la gente que caminaba por aquella zona, sin alejarse uno del otro. El menor tomo nuevamente la muñeca del más alto, siendo el que guía el camino... Y sin quejas, el contrario lo seguía. Siguieron por la vías hasta llegar a una puerta, la cual, tenía un teclado de números para ingresar una contraseña... El pequeño zorro coloco la clave, mientras el erizo observaba de reojo, aprendiendo los número por las dudas.
Una vez la puerta se abrió, pudieron entrar a lo que parecía un intento de una casa desastrosa y un taller espantoso. El suelo estaba disperso de pedazos de metal, motores y baterías viejas, envoltorios de comida y cajas de jugos. En si, el lugar no tenía demasiada luz, la más fuerte y llamativa provenía de una lámpara situada en una mesa a la esquina de la habitación, dicha mesa tenía otro montón de pedazos de máquinas. En la parte del fondo había una mesa, y apenas una silla, una heladera y un mueble. Las paredes estaban repletas de papeles con planos, matemáticas o dibujos... Y se podía apreciar una escalera a un segundo piso más pequeño, pero no pensaba subir aún.
Nine: Lamento el desastre... No acostumbro a traer gente aquí...
El erizo no le prestó demasiada atención, estaba consentrado en los extraños planos en las paredes. Ante sus ojos, eran un completo enigma, tan dificil y complejo para él. Se acomodo el manto que lo cubría, usándolo ahora como bufanda.
Sonic:¿Entonces tu fábricas tus cachivaches?
El más joven frunció el seño, bajo las orejas mostrando su enojo.
