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A medida que avanzaba la noche, sus límites se pusieron a prueba varias veces y tratar de no sonrojarse fue difícil, Miles estaba tan perdido.

Miguel siguió recorriendo sus dedos en un baile lento para desgracia del menor. Bajo por sus costados hasta llegar ambas manos hacia sus caderas y bajar más haya en sus piernas mientras cerraba sus ojos al contacto de sus propios movimientos seguir su cuerpo, sus dedos gritaban por más. - Ven a mi Miles. - Dejo salir un gemido alto para luego llevar su cabeza hacia atrás luciendo como una auténtica puta hambrienta mientras sus dedos se deslizaron hacia su abertura como dos imanes; él medio mexicano se burló de sí mismo lentamente, frotando su entrada, girándose en ocasiones sobre su vulva situándose a lo largo, lo que lo llevo a su protuberancia y permitiendo que su pulgar descansara sobre su clítoris mientras deslizaba su dedo índice dentro de sí mismo.

Borracho por la vista Miles asintio y con la anticipación hormiguiando su cuerpo lo llevo a despojarse de sus prendas superiores que consistían en una camiseta y una chamarra de otoño, al igual de sus jordan favoritos y sus calcetas, bien pudo acercarse al extremo de la cama aún paso lento casi tortuoso y delicioso por lo apretado de sus jeans cada roce provocaba espasmos que lo hacían temblar en su lugar mientras devora al hombre acostado ante sus ojos con una sed inimaginable, él joven Spider-Man se relame sus labios con tanta hambre. - M-miguel... - Se subió a la cama gateando de lo más agitado y cachondo más que alguna vez estuvo.

La emoción de lo que estaba a punto de suceder palpitaba a través de su centro, liberando más semen.

- Miles ¿Seré tu primera vez? ¿Verdad? - Se rió de su chiste. - A que si... - Olvidándose de su coño llevo sus manos a ambas rodillas y abriendo sus piernas de par en par en busca de dar una vista más accesible para Miles. - Ngh... Mmm... Ah~... - Desde su posición acostada abrió seductoramente sus ojos soltando jadeos al comenzar a sentir su humedad emerger.

Era como si un riachuelo naciera de ese monte que bajaba y bajaba para su dirección.

Era tan glorioso y etéreo.

Con total cautela Miles subió sobre su cuerpo era tan pequeño en comparación a Miguel pero aún así encajaban perfecto en su cama como piezas de rompe cabezas. Era real lo que decían entonces, todo en una cama se arreglaba, ahora mismo su calor corporal era irreal su cuerpo era como metal siendo atraído hacia el imán que se posaba bajo el, ya sus manos y corazón palpitaban sincronizados por lo que estaba sucediendo. - ¿Puedo?... tocarte - Soltó alfin de lo más necesitado esperando su anticipada respuesta que fue.

- No.

¿Qué?

De todo lo que esperaba un NO no era una de ellas su cuerpo estaba en trance solo funcionaba como piloto automático y detenerlo ahora seria un crimen. Su polla necesitaba contacto lo cual inconsciente lo llevó a frotar sobre el vientre y estómago de Miguel de atrás hacia adelante con tal de llegar a más.

Porque era tan cruel.

La intensidad de su excitación burbujeaba a través de sus gemidos descuidados, su lengua fuera y su rose no eran suficientes, no importaba cuánto sometiera al mayor a ser su alivio temporal, sentía que no era suficiente. Él había oído bien encerio, él dijo que no.

Una negativa.

Perdido y herido Miles solo embistió hacia arriba y abajo con el cuerpo ajeno. -¿Pero? ¿Pero?...

Ambos gimen fuertemente Miguel ya estaba frotando sus pechos, pellizcando el pezón de su teta derecha, se negó a quedarse callado, haciendo todo lo posible para no arruinar el ambiente, esperando no desalentar al chico. Con una sonrisa inocente Miguel se levantó de la cama en busca de atención con solo su costado y con Morales sobre si, encontró favorable la posición comprometedora. Era exquisito como era usado para saciar a Miles como simple juguete o una almohada inamovible. - No me malentiendas Miles, yo tengo mi manera. - Miró atento la mirada de Miles y con burla beso sus labios en un casto beso para luego parar solo estaba probando el terreno y tal cual como lo planeo Miles se abalanzó sobre sus carnosos labios experimentados mientras que Morales era tan frenético y sin ritmo eso divirtió a Miguel y le siguió el juego al inicio solo para comenzar la batalla de tira y afloja más caliente que a existido desde usar su lengua hasta morder y chupar sus labios volviéndose en contra el menor que poco a poco retrocedió hacia atrás quedando Miguel posado sobre él otro que era una bola gelatinosa de deseo. - Lo disfrutarás mucho Cariño.

MILF || Flowerfang Where stories live. Discover now