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Esa mañana había comenzado a marchar su plan.

Era un viernes, por suerte no tenía clases y podía estar en la comodidad de su casa, hasta que su padre tuvo que salir a trabajar y su abuela llegó a su cuidado. Que no se malentienda, él amaba cuando su abuela y tía lo cuidaban, pero en ese momento tenía un solo objetivo y lo lograría aunque cueste sacrificar sus gustos.

Si bien el dolor de estómago había disminuido, sabía que tenía que intensificar su malestar para ser tomado en serio y poder tener un gran tiempo en el hospital en los cuidados de aquel enfermero. Su primer objetivo era descubrir su nombre, el segundo poder hacer que su padre se digne a tener una conversación bastante fluida con él y el tercero sería congeniar como una familia, fácil.

Se había asegurado de comer muchos dulces, los cuales sabía que estaban perfectamente escondidos en la alacena; Acercó una silla del comedor y con cuidado se subió hasta donde se encontraban, llevándose la bolsa consigo hasta la habitación.

El efecto no tardó en surtir, y cuando menos imaginaba ya estaba lloriqueando junto a su abuela y viendo como llamaban a su padre para que pudiera llevarlo al hospital. No era consciente de cuánto podía afectar el sacar de su trabajo a su padre, eran más sus deseos de seguir con su plan que cuándo fue por él e iban en el camino, se sintió un poco intimidado por la seriedad con la que conducía él.

—Buenos días, necesito ver al pediatra para una nueva consulta. —Habló su padre cuando entraron en recepción, tomando de su manita.

—Llene este formulario con los datos del niño antes de pasar, le tomarán sus datos nuevamente antes de que el doctor le llame para un chequeo previo. —Habló la recepcionista tendiendo una tabla y le mostró una sonrisa al niño antes de volver a sus tareas.

Asintió y soltó su mano para hacer el llenado del formulario, una vez concluido caminaron juntos por el pasillo hasta la característica puerta donde la empujó sin esfuerzo y emitió una mueca al ver a un par de personas por delante suyo. Llevaría más tiempo del debido y eso le impediría llegar a la reunión.

Tomaron asiento mientras esperaban a su llamado; El niño movía sus piernas al ser una silla tan alta y se sostenía el estómago, emitiendo gestos de dolor.

—¿Te sientes muy mal, cariño? —Cuestionó su padre cuando dejó su frustración a un lado y se centró en su hijo, sabía que él no tenía la culpa de nada y no tenía porqué mostrarse de forma negativa ante él.

Asintió en respuesta y cerró los ojos, considerando si había sido una buena idea. De solo pensar en aquellos dulces lo hacían querer vómitar, definitivamente los evitaría por un tiempo. Antes de que pudiera seguir con ese hilo de pensamientos, reconoció aquella voz que tanto había anhelado escuchar desde que salieron unos días atrás llamando por su nombre.

𝗙𝗶𝗴𝘂𝗿𝗮 𝗣𝗮𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮 | sungjake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora