Capítulo 10

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Las horas parecian eternas, cada palabra que decía Jared eran más y más horribles eh inpactantes una tras otra, el moreno tan solo prestaba atención a lo que le decía su amigo, se veía por fuera muy tranquilo pero por dentro un mar de emociones lo ahogaban.
Inclusos el bicolor llegaba a enseñarle algunas de las "muchas" marcas que tenía en su cuerpo, como las cortadas en sus antebrazos y muñecas o la quemadura en su nuca que fue la última. La blanca piel del joven era perfecta para ser marcada con lo que sea.

Owen se quedó callado, la sala se había quedado en silencio totalmente tanto que solo se escuchan el "tic tac" del reloj de la cocina, ahora entendia algunas de las actitudes del castaño y por que a este no le gustaba que lo tocaran o mas bien que lo agarraran de alguna parte del cuerpo como la muñecas o brazos, siempre estado a la defensiva y por lo que le habia contado también había sufrido de golpes, como ese ojo morado que le tenía cuando se conocieron o los golpes que le habia dado el aperlado, ahora todo tenía sentido.

—Jared, de verdad lamento lo que te sucedió, fue...

—¿Horrible?, ya lo sé, pero ahora no pueden hacerme daño.

—Pero ¿por que no pediste ayuda?

—No tube el valor para eso, yo fui limitado de tantas cosas, lo que es normal para muchos para mi es lo más asombroso que eh presenciado, como ese día en la feria, ¿recuerdas? Viste lo emocionado que estaba.

—Lo recuerdo.

Nuevamente se quedaron en silencio,  hasta que el castaño bajo la mirada, sus ojos bicolor se llenaban de lágrimas que no podía controlar, el moreno lo noto para palpar la cabeza del contrario y sonreirle con pena.

—Tranquilo, ya nadie puede hacerte daño.

—Lo se, pero aún así, siento que todo se cae a pedazos, m-me estoy e-esforzando por ser bueno, y-yo, n-no quiero quedarme s-solo.

La voz del castaño empezaba a quebrarse a medida que más lagrimas caían, se veía realmente afectado, no era por nada, pero la vida del bicolor habia sido muy dura, y aun tenia la fuerza para tratar de olvidar o fingir que nada sucedía, era algo de admirar, mientras el moreno pensaba como calmarlo hasta abrir sus brazos hacia el y sonreirle.

—Que tal ¿uno de estos?

Jared levantó la mirada un poco al ver los brazos abiertos de Owen y como este quería abrazarlo, siempre y cuando el castaño accediera, el cual no dudo, aferrándose a las ropas del contrario mientras más lagrimas caían y resvalaban por sus mejillas, hacia tiempo que no se desahogada con alguien, ahora el castaño tenia alguien con quien hacerlo. Pasaron un par de minutos hasta que el joven estaba más tranquilo, dejando el abrazo para quedarse sentado en el sofá en silencio por unos minutos, notando lo pensativo del moreno, se imaginaba que pensaba en lo que le habia contado.

—¿Estas bien? No parece que te hayan contado la mejor historia del mundo.

—Eso debería preguntartelo a ti, eh de admitir que fue bastate fuerte, pero lo bueno es que ya no estas con esa gente y estas aquí con nosotros.

—Si, lo estoy, ahora que ya no cargo con esto solo, me siento mejor.

—Me alegra Jared, y como te prometí, esto esta entre nosotros, si en algún momento necesitas hablar del tema yo estaré aquí.

—Gracias Owen, de verdad.

Esa noche el moreno se había quedado en departamento del castaño, ambos al terminar sus debidas tareas cenaron algo ligero, un rico café y ambos se fueron a dormir, Owen durmió en el sofá aun cuando Jared le insistió en que durmiera en su cama y el en el sofá al ser su invitado pero se nego.
Quedando la conversación hasta ahí para descansar por que tenian escuela mañana y muchas cosas que hacer ya que las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, donde miles de alumnos y profesores ya hacían sus planes, esas últimas semanas casi no hacian tareas o los profesores faltaban, pero aún así tenían que asistir.

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