•Capítulo 1•

47 5 6
                                    

•🕸•

Roier se consideraba alguien sociable y amistoso, siempre rodeado de gente, siempre con alguien a su lado, sin embargo, estaba solo.

Sonreía, asentía, reía a carcajadas y daba una respuesta. Se sentía solo.

Las personas buscaban su ayuda, su opinión, su consejo, era de confiar... pero estaba solo.

Pasaba sus días en todas partes, en muchos grupos, compartiendo con diversas personas, de diferentes semestres o incluso de diferentes carreras, sin embargo, y pese a la gran cantidad de personas que conocía, se sentía solo. Cómo sino perteneciese, ni allí ni a ningún lado, alternando entre diferentes personas, flotando de aquí a allá sin formar parte realmente de nada.

Y no, no es que no les agradara y sabía que claro que él sí lo hacía a ellos, como decía, y sin querer sonar arrogante, confiaban en él, le tenían estima... pero nada más que eso, nada más que una aprecio que rosaba lo banal, sin llegar a ser realmente importante o imprescindible en sus vidas.

Y viceversa.

En realidad no le importaba nadie más que su hermanito, el dulce niño que vio crecer con aquella discapacidad que aunque el infante veía como una simple condición, para él, que sabía cómo era la vida sin tener a la susodicha, y aún mejor, que sabía cómo era la vida antes de que él, su hermano discapacitado, apareciera; sabía los impedimentos, las limitaciones, los contras que eran mayores que los pros, porque no los había, no existía tales cosas buenas, no en un mundo en donde eso no era lo normal, en dónde no escuchar era una minoría, porque significaba que el mundo no estaba creado para ellos y, que todo este estaba en su contra y que crecer con "normalidad" les era simplemente imposible.

Amaba a su hermano, diablos que lo amaba, nadie podría decir lo contrario viendo su simple actuar para con él. Pero, debía de admitir que él era su incapacidad, y que se sentía tan limitado como lo hacía su hermano.

Y se odiaba, odiaba pensar esto, odiaba tener aquel sentimiento que tan pequeño e imperceptible se removía dentro de sí, como aquella vez, cuando aún conservaba verdaderas amistades, o lo que él consideraba como verdaderas. Sin poder salir normalmente con estas porque todo su tiempo libre le era dedicado a su hermano, o sin poder invitarlos a su hogar sin que el centro de atención fuera la condición de su hermano y sin poder conocer personas nuevas que no pudieran entenderlo, y que lo juzgaran y le hicieran sentir mal... porque eso es lo que más temía, que por su culpa, por su egoísmo, lo hiciera sentir mal.

Eso jamás se lo perdonaría.

Ahora sus padres poseían un mejor empleo y a su vez mayor estabilidad financiera, que por un lado los liberaba de una vida de deudas y problemas económicos como recordaba Roier que alguna vez fue, pero por otro lado limitaba el tiempo que ya de por sí era corto de sus padres en su casa, dejando a Roier y al pequeño Bobby solos en una innecesaria casa enorme que dejaba evidencia el éxito que ahora poseía sus progenitores.

Roier apenas iba en su cuarto semestre de universidad, quedándole más de la mitad aún para finalizar su carrera, y aunque en un principio se turnaba él, sus padres y una ocasional niñera para cuidar al pequeño, ahora con el horario tan pesado que tanto sus ambos padres y él poseían les era casi imposible seguir con aquella rutina.

Una niñera fue considerada, pero debido a la condición de Bobby les era difícil poder confiar el bienestar de este en cualquier desconocido y la ineptitud de las nanas pasadas sólo reafirmaba esto. Por lo que tras una exhaustiva búsqueda en un perfil de cuidador especializado en el área del cuidado de niños con condiciones especiales dieron con una entidad que contaban con varias guarderías donde los funcionarios estaban completamente capacitados para manejar las condiciones de los infantes, diversas condiciones no sólo limitadas a la que padecía Bobby por lo que finalmente este había sido inscrito en dicha institución, permaneciendo el tiempo en el que Roier estudiaba ya que una vez éste finalizaba su jornada de estudio arribaba por Bobby para pasar lo que restaba del día juntos, y hasta ahora, con un mes transcurrido desde su inscripción, todo había ido de maravilla, o casi todo, ya que su hermanito hasta ahora no había desarrollado ningún laso con alguno de sus compañeros, cosa que le preocupaba debido a la importante etapa en que se encontraba el menor, donde socializar con otros niños de su edad era inmensamente importante.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 28, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Tu Compañía  •GUAPODUO• 🕸Where stories live. Discover now