Capitulo 4. Corazones desnudos.

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¡ATENCIÓN: CAPITULO LARGO!

Alex se encontraba sentado en su habitación situada en el ala oeste de la Casa Blanca, sosteniendo su teléfono en la mano con una mezcla de nerviosismo y emoción. Había pasado varios días desde el encuentro casual en la exposición de arte con Luke. A medida que los días pasaban, su deseo de conocer más sobre el misterioso marín no hacía más que crecer. Con un suspiro decidido, marcó el número de Luke y esperó mientras el teléfono sonaba al otro lado.

Después de un par de tonos, la voz de Luke respondió, su tono serio y cauteloso. —¿Hola?

—¡Hola, Luke! —dijo Alex, tratando de sonar lo más animado posible. —Soy Alex. Espero que no te haya molestado que te llamara.

Hubo una breve pausa antes de que Luke respondiera. —No, no es molestia en absoluto. ¿En qué puedo ayudarte? —contestó intentando ocultar su emoción, era innegable lo rápido que sentía latir su corazón.

Alex sonrió, sintiéndose aliviado de que Luke no pareciera rechazar la idea de hablar. —Bueno, estaba pensando... ¿te gustaría reunirte en el café que mencionamos la otra noche? Me gustaría poder —hizo una pausa prolongada—, charlar contigo.

La pausa que siguió fue más larga esta vez, y Alex comenzó a sentirse ansioso por la respuesta de Luke. Finalmente, Luke habló con voz tranquila pero ligeramente tensa. —Sí, suena bien. ¿Cuándo estás disponible?

Alex sintió un alivio inmediato. —¿Qué tal mañana por la tarde? A eso de las cuatro en el mismo café. ¿Te viene bien?

Después de un momento, Luke accedió. —Estaré allí.

Alex sonrió ampliamente, aunque Luke no podía verlo a través del teléfono. —Genial, ¡espero verte allí entonces! ¡Hasta mañana, Luke!

Después de despedirse, Alex dejó escapar un suspiro de alivio dejándose caer al centro de su cama. Estaba emocionado por la idea de pasar más tiempo con Luke y conocerlo mejor. Sin embargo, mientras Alex estaba lleno de expectativas y emoción, Luke estaba lleno de ansiedad.

—Puedo escuchar tu corazón latir hasta el otro este de la casa —reclamó su June entrando en la habitación de su hermano seguido de Nora.

—Está emocionado ¿y quién podría prohibírselo? —Soltó comprensible.

—Yo no estoy prohibiendo nada —June se encamino a la orilla de la cama de Alex para tomar asiento.

—Ey —alargó el moreno—, estoy aquí y puedo oírlas —Ambas voltearon a verlo y lanzaron una mirada graciosa.

Alex rápidamente se levantó de la cama y corrió a su closet.

—¿Que hace? —susurró June a Nora.

—No tengo idea —contestó de igual manera.

Observaron durante unos segundos los movimientos de Alex que sacaba una cosa seguida de otra. Aventando todo a su pequeña mesa en el centro de su clóset.

—¿Qué me pongo para impresionar a Luke? Consideremos que es un Marin y que yo soy solo un simple mortal.

—Ojalá que se vaya con su uniforme de marin porque se ve —Nora hizo una pausa e hizo un movimiento con su mano que después dirigió hacía sus labios— exquisito.

—¡Nora! —exclamaron los hermanos Claremont-Díaz. June le aventó una almohada a la cara.

—¿Qué? —Contestó graciosa— solo digo la verdad.

—Bueno, considerando tu mal gusto en moda —continuo June levantándose de la cama—, vas a necesitar ayuda con eso —Alex se limitó a hacer una mueca irónica.

Unidos por el Deber... Y el corazón | Alex Claremont-Díaz & Luke Morrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora