░۟◌༵🧁- ', [ capítulo 23] ꒱

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El alfa de Skeppy había vuelto después de que cumplieran dos años de noviazgo. Ahora estaba nervioso. Él y Bad se habían casado al tercer año de noviazgo y llevan dos meses casados —los mejores dos meses de su vida, en sus palabras— y ahora estaban por adoptar un niño. Las palabras de Skeppy seguían en la mente del omega: “Ambos hemos pasado por varias cosas, así que esta vez seremos bichos raros juntos”.

—No puedo tener hijos —fue lo primero que dijo, después de su primer celo irregular que pasaron juntos, con algo de miedo. Sus padres siempre le habían dicho que nadie quería a los omegas que no podían tener hijos, y aunque Skeppy había demostrado ser muy diferente a cómo pensaba que eran todos los alfas, podía cambiar si no podían tener…

—No importa —le dio un beso en el hombro. —Hay más formas de tener hijos, Darryl.

Decidieron adoptar un hijo. Iniciaron el proceso y ese duró casi dos años. Así fue como Nicholas Sapnap —o solo Sapnap— llegó a sus vidas. El pequeño tenía cinco años y aunque al principio desconfiaba un poco, con el tiempo se apegó a ellos, sobre todo a Bad, quien casi siempre le daba la mano.

—Dios, nuestro hijo es hermoso, Skeppy. —Bad lloró la primera vez que tuvo a Sapnap en sus brazos.

—Sí, lo es —habló el alfa con una sonrisa.

Fueron a casa y le mostraron su cuarto al pequeño.

—Es muy simple, pero podemos decorarlo cómo quieras —le dijo el omega al pequeño, quien asintió tímidamente.

El pequeño se fue adaptando rápidamente y aprendió que Skeppy podía ser su cómplice en algunas cosas, como cuando no quería comerse las verduras. Todos los niños, o al menos la mayoría, dormían con un oso de peluche. A Sapnap, sus padres le habían regalado un peluche de un oso panda, cosa que conservaría hasta años posteriores.

El primer día en el kinder fue otro momento importante para la familia. Ambos acompañaron a su pequeño al jardín de niños. Justo llegaban al lugar con su hijo, cuando se encontraron a Quackity y Wilbur con su hija. Ambas parejas se despidieron de sus retoños y luego se saludaron entre ellos.

—Mamá —Sapnap lo agarró de la manga a la salida del jardín de niños, mirándolo algo preocupado. —Un niño… me dijo que yo era adoptado…

—Eso no tiene nada de malo.

—¡Y le dije lo que me dijo papá Skeppy si me decían eso!

—¿Qué te dijo?

—Le dije “Por lo menos a mí si me querían mis papás” y la maestra me regañó pero no me importa…

Eso le hubiera enojado y le hubiera dicho a su hijo que tenía que ser más amable, pero si el otro niño se metió primero con él.

—¡Oh! ¡Y tengo un amigo! —exclamó con alegría.

—¿Sí? ¿Cómo se llama?

—¡Karl! Mamá, Karl es muy bonito, sus ojos brillan mucho…

Bad sonrió. Algo le decía que la amistad de su hijo con Karl duraría bastante tiempo.

—Me alegro mucho.

Llegaron a casa y Sapnap aventó su mochila junto a la puerta y se fue a lavar las manos para poder comer las galletas que guardó del desayunó.

—Má, ¿mañana le puedo llevar galletas a Karl?

—Claro, Sap.

𝗪𝗘𝗜𝗥𝗗𝗢, skephaloOù les histoires vivent. Découvrez maintenant