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25 años

A los 19 años decidió entrar a estudiar medicina pero cuando tuvieron que tomar muestras de sangre a un compañero Rebecca se desmayó y se dio cuenta que no era lo suyo.

Se tomó unos meses de descanso para pensar que quería estudiar realmente además de que su madre la presionaba ya que ella tenía que ser una mujer titulada para que su esposo se sintiera orgulloso de ella lo cual a Rebecca le daba igual.

Un día se despertó con la idea de estudiar leyes y comenzó a ir a las clases y así fue... durante dos meses hasta que le pareció aburrido hasta que comenzó con administración de empresas para así poder hacerse cargo de la empresa de su familia ya que era la mayor y se dio cuenta que amaba esa carrera y la termino.

Lucy abrazo a Rebecca para felicitarla por su graduación. A pesar de que Lucy se encontraba en otro estado nunca perdieron el contacto y seguían hablando todo los días y cuando ambas tenían tiempo libre se visitaban.

—¿Vendrá tu novio hoy?
—No es mi novio Lucy, ya te había dicho.
—Pero te casarás con él así que si lo es.
—Pero no me lo pidió el así que no lo es.
—Es muy guapo, si no te fueras a casar con él créeme que ya lo tendría en mi cama.
—Si tanto lo quieres te lo regalo.
—¡Cállate! Si yo se que en el fondo estás feliz de que tendrás a j hombre hermoso para coger.

Rebecca no dijo nada y solo comenzó a reírse. No quería casarse pero la consolaba el saber que su futuro esposo era muy guapo e inteligente; según las revistas se había graduado con honores hacia un par de años así que cerebro si tenía. Cada vez que lo miraba en revistas de sociales Rebecca las guardabas, quería saber más de él además de apreciar su belleza; tenía una clase de obsesión que no le había contado a nadie

Lucy y Rebecca estaban comiendo cuando vieron que Daisy caminaba lomas rapido que podia a la entrada y pronto entendieron porque; Alexander estaba entrando y obviamente Daisy tenia que recibirlo como si fuera el rey del mundo pero no solo era el, una mujer rubia venia estaba tomando su brazo y Rebecca reconocio a su esposa y justo detras de ellos estaba el hombre de sus fantasias y sus pesadillas; por primera vez lo miraba en persona, vistiendo un traje armandi hecho a la medida de color azul marino con una camisa blanca sin corbata, Lucy se quedo con la boca abierta y volteo a ver a Rebecca esperando que tuiviera la misma reaccion y tenia razon.

—Es tu novio Rebecca.
—Es mi novio Lucy.

Ambas estaban sentadas sin moverse hasta que Daisy le hizo una sena a Rebecca para que se acercara.

—Tu mama te llama.
—No puedo moverme, Lucy.
—Tienes que.

Pero Rebecca seguia sentada, era como si cuerpo se hubiera desconectado de su cerebro, no fue hasta wque sintio como unn brazo la estaba levantando y vio a su padre.

—Es hora de uses tus encantos Rebe.

—Hasta que llega la graduada.– Dijo Daisy jalando a Rebecca hacia ella.
—Muchas felicidades, Rebecca, es un orgullo que hayas culminado tus estudios con honores.
—Gracias...
—Alexander.– Le respondio el hombre. —Y mi esposa Lauren.
—Es un gusto por fin conocerte, eres preciosa, identica a Diasy en su juventud, Verdad Alexander.

Alexander solo asintio y Rebecca noto como su madre se puso incomoda al igual que su padre.

—Pero bueno, hay que presentar a los muchachos.– Dijo Alexander. —Este es tu futuro esposo, Rebecca. Christopher Robert Evans II.

El hombre guardo su celular y vio a Rebecca a los ojos para despues extender su mano hacia ella.

—Es un placer conocerte, Rebecca.
—Igualmente, Chris.
—Christopher.– La corrigió.
—Lo siento, Christopher.

Estrecharon sus manos y Rebecca quedó enamorada de como se escuchaba su nombre con la voz gruesa de Christopher; quería volver a verlos a los ojos pero cuando soltaron sus manos el puso su vista en su padre, como si esperara la nueva orden. Analizaba su cara esperandoe ncontrar algo de enojo o tristeza pero simplemente no habia nada, no había ni siquiera el minimo disgusto.

Los demas invitado ya se habia marchado y ahora solo quedbaan ambas familias quienes estaban planeando en que fecha podria celebrarse la boda, ninguno de los padres consultaba algo a los novios, ni siquiera en donde querian pasar su luna de miel, mientras las familias se ponían de acuerdo; Rebecca y Christopher estaban en la sala, cada uno en un extremo del costoso sillon blanco; escuchando los murmullos que venian del salon que estaba cruzando el pasillo, ninguno se habia dirigido la aplabra desde que los habian presentado aunque Rebecca habia tratado de buscar la mirada de Christopher no lo habia conseguido.

—Tienes que escuchar a mamá, dice que quiere palomas volando por todo el jardín.–Dijo Gracie sentándose en el medio de ambos.
—No me sorprende.
—Siempre creí que no tendrías una boda sino que huirias con tu novio y te casarias en las vegas con Elvis.

Rebecca noto una pequeña risa en Christopher.

—Así imaginabas tu boda, eh...
—Christopher, y la respuesta es no.
—Yo soy Gracie y dejame decirte que debes de preparate porque mi mama siempre busca una excusa para hacer una fiesta, asi que estaras rodeado de muchas.
—Me gustaria casarme en las vegas solo para que mama se desmayara.– Añadió Rebecca.
—Aun estamos a tiempo.- Respondio Christopher y volteo a ver a Rebecca.—También me gustaria hacer enojar a Alexander.
—Háblanos de ti, quiero conocer a mi cuñado.
—Gracie, cállate.– Le dijo en voz baja Rebecca.
—¿Que quieres saber?– De nuevo no había alguna emoción plasmada en su cara, pero por lo menos trataba de ser amable.
—¿También estás en contra de esta boda?
—¡Gracie! Vete a tu habitación.

Daisy miraba a su pequeña hija con una mirada asesina, Gracie solo la ignoro y se puso de pie para irse pero primero se acercó a Christopher.

—Está conversación aún no ha terminado.

Falling Onde histórias criam vida. Descubra agora