Capítulo 5

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Cuando llegamos a la mansión, me di cuenta al instante de los cambios que había realizado el duque, principalmente en el interior, todo estaba decorado con colores sombríos y había mucha decoración de oro, era notable el interés del duque en mostrar su riqueza.

Pero no solo la decoración había cambiado, cada uno de los sirvientes que estaban antes de irme habían sido remplazados por personas que nunca había visto, incluso el mayordomo habría sido despedido, el nuevo mayordomo saludo a mi padre y se presentó conmigo, por su nombre y su notable acento, note que era de ascendencia francesa.

Después de presentarme con cada uno de los empleados, pude por fin dirigirme a mi habitación, en donde me encerré gratamente, saque cosas de mi maleta, cosas importantes claro está, muy pronto me iría de esta casa, por lo que no será necesario sacar más cosas.

Me recosté en la cama, sosteniendo algo muy preciado para mí, una antigua sirviente que era muy cercana a mi madre me lo dio, a escondidas del duque claro está, era un recordatorio para vengarla, aunque ese no fuera el objetivo de este regalo.

Lo guarde muy bien, en mi mesa de noche debajo de otros libros, Sali al balcón de mi cuarto y mire las estrellas, muy en el fondo de mi esperaba y soñaba que mi madre se hubiese convertido en una de ellas, así siempre brillaría, sin que nadie pueda apagarla, como lo hacían cuando aún estaba con vida.

Suspire y regrese a mi cama, me acomode para poder dormirme, después de quedarme viendo el cielo de mi cama pude dormirme.

---------- Una semana después ----------

Había pasado ya una semana desde que regrese a esta mansión, mi cumpleaños número 17 se acercaba, el duque obviamente estaba preparando un banquete de celebración sumamente grande, con invitados que ni yo conocía.

En la mansión los sirvientes estaban sumamente ocupados, dando vueltas por todos lados, incluso puedo sospechar que no han podido ni dormir, pues muchos se quedan dormidos sentados, el duque era muy exigente, pues él quería tener la fiesta perfecta.

Yo me encerraba en la biblioteca y no salía si no era para comer u otras necesidades básicas, me sorprendía la cantidad de libros que teníamos, ahora entendía por qué mi madre amaba este lugar, además de ser un escondite para no tener que ver al duque, pues estaba seguro que él no había puesto ni siquiera el pie en este lugar, en muchos libros me encontraba notas de mi madre, algunas eran para saber adónde se había terminado la lectura, pero otras eran recomendaciones para el siguiente lector del libro, note que le gustaban los libros de astronomía, pues los había leído todos, y eso era raro, una mujer que le gustaran otra cosa que no fueran los libros de romance, pensé que las mujeres se aburrían leyendo estos libros tan complicados, incluso a mí me aburrían.

Había tantas cosas que no sabía de mi madre, que nunca pude conocer, aunque sea estas notas o su regalo me hacían darme cuenta de cómo era ella realmente, hacia que mi perspectiva de ella cambiara bastante.

Los días pasaron volando y el día del banquete llego, había tantas personas reunidas que mis oídos retumbaban por el ruido, me sentía agobiado he incluso tuve que salir varias veces para poder respirar aire.

Mi padre me presentaba con todos, pude incluso conocer a varias familias que no conocía como el duque Agnes y su hijo, el cual era dos años mayor que yo, otras familias que llegué a conocer fueron, los Krueger, conocí a algunos de sus hijos, los duques de Beveridge, había conocido a su hijo en la universidad, no éramos tan cercanos como con Sebastian, pero se había convertido en un buen compañero.

Muchas otras familias se acercaron a nosotros, incluso algunas familias traían a sus hijas para presentarlas y que pudiera haber una posible alianza matrimonial entre nosotros, ni siquiera yo había pensado en eso aun, pero sabía que muchas señoritas de mi edad se encontraban buscando un esposo o mejor dicho sus familias.

Me comporte de la mejor manera para ganarme la confianza del duque, soporte toda la fiesta con éxito e incluso puedo decir que di mi mejor actuación, para mi mala suerte el resultado no fue el esperado.

- ¿Que rayos es lo que planeas hacer Liam? – dijo mi padre, después de despedir a todos los invitados.

- No entiendo que es lo que me dice padre, ¿Por qué tendría malas intenciones con usted? – las tengo y muchas.

- Piensas que soy tonto, tu madre hacia lo mismo cuando tramaba algo se portaba de la mejor manera, hacia todo lo que yo le decía, y tú eres una copia de ella, piensas que por venir de la universidad creeré que cambiaste, por lo menos utiliza el poco de inteligencia que tienes. – aprete mis puños lo más duro posible, me odiaba por lo que iba a hacer, pero era algo que debía de realizar a cambio de ganarme la confianza del duque.

- durante mi estadía en la universidad, pude aprender lo infantil y poco inteligente de mi actuar, también noté la falta de inteligencia de mi madre, el deber de toda mujer es respetar las decisiones de su pareja sin objeciones, solo obedecer, entiendo que no me crea que se lo demostrare con mis acciones, quiero ser un duque ejemplar y no un farsante. – una mentira.

- ¡Ja!, tendrás que demostrarlo de verdad. – me dio la espalda y se fue, suspiré y pude sentir como todo el cansancio caía sobre mí, me esperaba la peor parte de mi venganza.

Pasaron 3 años, me comporté como una marioneta por 3 malditos años, y nunca pude ganarme su confianza, ni siquiera un segundo, por lo que decidí realizar otro plan, si no era por las buenas seria por las malas.

Ahora con 20 años, vivía en un apartamento de soltero, sin las preocupaciones de mi padre de vez en cuando asistía a fiestas, principalmente porque me abrumaban las madres casamenteras con sus hijas, pero tenía que asistir a eventos de amigos cercanos, he incluso fui a un par de óperas, no me gustaban, me parecían aburridas.

Pero ahí conocí a una parte fundamental de mi venganza, a Eleonor, una hija bastarda de un barón al borde de la quiebra, yo necesitaba una manera de avergonzar a mi padre y ella un benefactor para mantenerse en la sociedad, y mucho mejor si esa persona era alguien grande en el círculo, los dos nos usamos el uno al otro...

Las Mentiras del duqueWhere stories live. Discover now